Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Ya estamos calientes

En los tiempos que corren, todo parece cambiado. Atravesamos una pertinaz sequía. El mes de abril que tantas lluvias presagiaba en el refranero paso de largo, sin dejar ni muestra de esa agua en forma de lluvia tan necesaria para todo.

Este primero de mayo hemos tenido manifestaciones en las calles un poco atípicas, porque el binomio sindicatos mayoritarios y/o gobierno actual han sido los que más pactos o negociaciones hicieron y por tanto los que más acuerdos han firmado a lo largo de nuestra historia democrática, supuestamente poniendo en alza al trabajador. Sin obviar que los últimos años no han sido fáciles para nadie, aunque tendemos olvidar, la raza humana, en ese tirar hacia adelante, en esa risa fácil, en esa mirada puesta en el día festivo, deportivo u ocioso de fin de semana, puente o fiesta que nos haga más liviana la rutina...

Las circunstancias de salud (pandemia COVID), el cambio bioclimático de nuestro planeta (cada vez más dañado y super- explotado sin consideración), los conflictos bélicos en el continente europeo sin mirar más lejos (Rusia-Ucrania), las exigencias de Europa (con el dinero que lógicamente invierte en nuestro territorio), la economía siempre tirana en mano de unos pocos (que nos sube los precios de todo y unos cientos son cada vez más ricos). Banca, judicatura, sanidad, servicios sociales,  economía y política siempre lenta para el ciudadano/a corriente, que no entendemos como las grandes multinacionales y sus dueños siempre aumentan sus saldos. “Justificándose en tono diplomáticamente jocoso del ligero aumento de coste que debe pagar el consumidor, sin menguar calidad”, pero no cobra el agricultor, el pescador, el ganadero (todos ellos sectores primarios), ni tampoco sale especialmente beneficiado el transportista, aunque lo haga un poco más el industrial que lo envasa y/o revende o parte y reparte... para obtener cierto margen de beneficio neto, el vendedor mayorista sigue adelante, ofrece a la demanda, compitiendo, arrinconado al pequeño comercial o autónomo.

Pero nada está acabado en cuestiones laborales. Las huelgas por lo bajito se mantienen en diferentes sectores de trabajo: Juzgados, sanidad, sin encontrar por el momento acuerdo alguno entre el ministerio oportuno y las patronales que los representan.

Seguimos con una baja natalidad, por lo que hay trabajos que difícilmente se cubren, (o lo hace la población extranjera con o sin papeles), personas en ocasiones con menos formación y mayor precariedad, o no. La población inmigrante y emigrante aumenta por días en Europa, usuaria también esta de recursos y servicios que tienen un coste para todos nosotros (porque los usan, porque los necesitan).

Surgen por contraposición puestos laborales nuevos, muy específicos, incipientes o muy estacionales. Las universidades siguen llenas de estudiantes, que tal vez nunca trabajen en lo que titularon. O que al titular opositan por otras cosas. Algunos de ellos endeudándose si pueden en estudios de postgrado como: expertos, máster, doctorados... Becarios que eternizan hasta la treintena su estadio de estudiante dentro de una familia o se marchan finalmente al extranjero en busca de oportunidades que no logran en el país que los formó.

Son muchos chicos/as, hombres y mujeres de todas las edades que tienen necesidad de trabajar. Con salud y trabajo la vida se va resolviendo, sus problemas se van solventando, contentando sus ilusiones, se consume más, aumentan los viajes, se diversifican los gastos, etc.

Es preciso seguir creando empleo variado, con acceso rápido al mercado laboral y de calidad. Con sueldos adecuados al trabajo que se realiza, legal y con posibilidad de mejorar, de consolidarse en ese lugar al trabajador, para que no sea un mientras tanto gano algo de dinerillo, cargo con lo que me piden y puedo, porque esto es algo puntual y con propósito de abandonarlo en cuanto que pueda por su precariedad, horarios, riesgos o poca proyección de futuro.

Aprovecho para mostrar mis sentimientos encontrados ante los subsidios de desempleo, me parece lógico que se cobren en los tiempos que se carece de trabajo, que se reciban con prontitud. Pero no acabo de empatizar con muchos/as trabajadores/as que deben prestar alguna prestación laboral para completar el cobro de dicho subsidio agrario o lo que sea, con una serie de peonadas y "algunos/as son expertos en el escaqueo, sentados en las partes más apartadas de nuestros pueblos, charlando, bebiendo cerveza, usando sus móviles, con sus escobas, recogedores, pinturas o brochas dormitando a su lado, viendo pasar la peonada urbana, sin hacer su tarea u otra nueva, si ya han acabado, por la falta de supervisión o de moral propia".

Las plantillas de trabajadores es positivo que se entremezclen, se enriquecen de esa juventud inexperta que nos llega, sabios en otros saberes, más mediáticos o digitalizados. Unos y otros con sus diferencias pueden ser capaces de equilibrarse y sacar el trabajo adelante, lograr el relevo generacional.

Aunque las mentalidades entre generaciones dispares, han cambiado. La noción de esfuerzo y trabajo también está evolucionando, es diferente entre unas personas y otras. Los nuevos trabajadores no conocen muchas cosas, por ejemplo su vocabulario, su discurso, no usan los refranes en su lenguaje comunicativo, su escala de valores es distinta, conocen idiomas o muchos extranjerismos, los intercalan en sus conversaciones con las peculiaridades de su acento, con la dependencia exagerada o continua de su tlfno, mientras los demás nos hacemos un lío con tantas palabras extranjeras, tantas app y competencias digitales, con las que no hemos nacido, no tenemos tanto interés e intentamos adaptarnos entre sobresaltos y carreras.

Por tanto ya estamos calientes, viviendo una época de ajetreo político, de disputa entre partidos y candidatos nacionales, también locales, de servicios lentos, con listas de espera, de altibajos económicos y altas temperaturas, sin tener que esperar al anunciado otoño caliente.