Empiezo con una pregunta tonta: “¿Qué une a personajes como Alejandro Sanz, Paulina Rubio o Miguel Bosé? Saco estos nombres de los asistentes al concierto patrocinado por Richard Branson, el multimillonario británico dueño de la multinacional Virgin (350 empresas). Les faltó tiempo y resuello para presentarse en la muy pacífica, democrática y socialmente avanzada Colombia para denunciar al oprobioso “régimen de Maduro”, tal como gustan decir. Especialmente si una cámara de CNN o Fox anda cerca.
No, el nexo no es el problema común con distintas Haciendas nacionales. Aunque es verdad que a las tiernas criaturas les suele doler la cabeza a uno y otro lado del charco por un quítame allá esos impuestos. Con variaciones eso sí, que van de ver su nombre asociado a grandes deudas fiscales como la del artista afincado en Panamá Miguel Bosé Dominguín (vanitatis.elconfidencial.com) a descubrirse nominado bien en añejas listas -2008- de paraísos tipo Lienchestein (20minutos) o recientes y calentitas denuncias de la SGAE (elmundo) por sociedades pantallas como en el caso del cantante Sanz, puede que madrileño, puede que gaditano, pero seguro que de Miami.
Tampoco está la conexión en el ajado movimiento de caderas del “alquila vientres” Don Diablo cuando acudía al festival de Viña del Mar y se dejaba abrazar /agasajar sin complejos por altos funcionarios del Chile de Pinochet.
No, lo que les une es el Silencio. Ni un decibelio gastado, ni el mínimo arpegio ante tragedias recientes como la explosión social en Haití. Ni un minúsculo " fa" para denunciar como trata ese Imperio que defienden a los migrantes hispanos, sean viejos o niños que osan acercarse a la frontera.
Un mutismo que se hace sepulcral, propio de corderos, cuando suben a un escenario en la tierra de los más de 3500 casos de “falsos positivos” ( así se conoce a la participación de miembros del Ejército colombiano en el asesinato de civiles inocentes, haciéndolos pasar como guerrilleros muertos), con miles de ejecuciones extrajudiciales y , según la ONU, impunidad del 98.5%. Claro, empezaron el concierto leyendo los nombres de los más de 250 líderes sociales asesinados en Colombia (120 en los primeros 100 días de gobierno de Iván Duque) durante 2018 y se les fue el santo al cielo. Y como no tenían ni medios ni megafonía decente ..
Para esa realidad no virtual, ni media iniciativa, ni media palabra, ni un segundo de condena. Prueba de algodón que desmonta la preocupación humanitaria y deja al desnudo otra realidad: la de unos artistas predispuestos por ideología al “señor, si señor” cuando el Trump de turno les requiera una prenda palpable de su disponibilidad a defender el Imperio. Por mucha “virginidad” patrocinando los eventos, los artistas que acudieron no son ursulinas engañadas pues conocen perfectamente las consecuencias de sus actos: ayudan a convertir un conflicto político en una guerra.
Ayer 23F, día nefasto también en nuestra memoria, asistimos a un intento golpista de libro. Lo auspició Estados Unidos y fue secundado por los países títeres de la zona con Colombia, Brasil y Chile a la cabeza. En la orquesta, de palmeros, tocan también la mayoría de la UE. Para tranquilizar conciencias Washington siempre ha necesitado un “casus belli”, una justificación que le sirva de coartada. Así ha sido desde la formulación en 1823 por Quincy Adams de la doctrina Monroe “América para los américanos" [de EE.UU. faltó añadir, pero se sobreentendía] y ha servido de excusa para las decenas de intervenciones militares directas o, cuando había que tirar de sicario, con los Videla , Stroessner, Álvarez, Figueiredo... interpuestos. Ningún Guaidó nuevo bajo el sol.
Ayer desempolvaron el incidente de Gliwice, la operación de bandera falsa creada el 31 de agosto de 1939 por la Alemania nazi (agentes de Hitler se hicieron pasar por polacos para sabotear la estación radiofónica Sender Gleiwitz) que sirvió de pretexto para el inicio de la Segunda Guerra Mundial con la invasión de Polonia.
Siguiendo al dictado el guión inventaron “falsos positivos” en el puente internacional Simón Bolívar con dos tanquetas conducidas por un grupo de militares afines a la oposición ( ¿ a cuánto el kilo de traición?), la quema de camiones en el lado colombiano del puente Francisco de Paula Santander, el intento de entrada por Paracaima en el norte de Brasil o la violencia que deja más de 42 heridos en el fronterizo estado de Táchira...con la agresiva y activa participación de unos medios de difusión ideológica cada vez a gusto en su papel de voz de su amo. De momento se ha parado la agresión gracias a la movilización y coraje de la Venezuela bolivariana.
Es difícil comprender en el caso venezolano la actitud pro-golpista de algunos autodenominados“ constitucionalistas” tipo PSOE ( la simpatía golpista de otras fuerzas es tradicional y viene de lejos ) porque cuesta poco imaginar lo que harían sus amigos patriotas de banderita con personajes que se autoproclamaran en España jefes de estado y pidieran verter sangre de miles de compatriotas auspiciando una intervención militar extranjera. Basta recordar que nuestra nación tiene hoy encarcelados a gente que intentó votar sin violencia y no les piden la pena de muerte por alta traición porque afortunadamente está abolida.
Imaginaos como arremeterían contra quienes intentasen montar un “show” similar en la frontera con Portugal o Marruecos. Ya no digamos si fuese en Ceuta / Melilla y con una reclamación de soberanía por medio. El "¡A por ellos!" sonaría metálico porque lo tararearían con la faca en los dientes
Si alguna lección se puede sacar del aluvión de falsas noticias generadas para crear el clima propicio a la intervención es que el descaro, la exageración del “piscinazo” y la desvergüenza manipuladora han logrado dejar al descubierto las verdaderas intenciones. Donde pone “derechos y ayuda humanitaria” ponga “explotación de los recursos naturales”. Tacha “ respeto a la soberanía” y pon “ injerencia”.
Aunque es sabido que no hay nada que excite más a un patriota- patriota español cuando ocupa la Moncloa que danzar al compás marcado por la Zarzuela. Si al repertorio se añade la ópera favorita de los inquilinos de la Casa Blanca, a los que fascina el papel de Iago (Creo en un Dios cruel que me creó/a su semejanza, y que nombro con ira/De la vileza de un germen/que me engendró vil) la lluvia de maldades está garantizada.
De pobreza, injusticia, corrupción, xenofobia, fascismos emergentes, manipulación, inmatriculaciones, recortes sociales, precariedad, represión... mejor hablamos otro día, cuando pasen las elecciones.
Nosotros a lo importante:
- ” Mueran Maduro y su Régimen”.
- “Oiga, perdone, ¿conoce usted por lo que veo de primera mano la realidad venezolana”
- "¿Yo? Ni idea. ¡Pero lo repite tanto la tele! Por algo será".