Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Petardos

Andamos por la mitad más o menos de las Navidades y a diario, pero no sólo desde hace unos días, sino desde finales de Noviembre, tenemos que soportar los molestos, estruendosos e innecesarios petardos que gente con poco cerebro y mucho tiempo libre lanzan por doquier. Leía hace poco a Javier Ares, afamado periodista nacional, decir que “lo peor de los tontos es que parece que tienen mucho tiempo libre”. No puedo estar más de acuerdo con esta afirmación, y sin lugar a dudas se puede aplicar a los lanzadores habituales de petardos, que lo mismo hacen explotar uno a las 12,00 en la Plaza Vieja que a las 18,00 en el Paseo.

Que cada uno puede gastar su dinero en lo que quiera y que puede emplear el tiempo libre en lo que quiera, está más claro que el agua, pero otras manifestaciones molestas de los vecinos, como quienes ponen la música a toda mecha, nunca mejor dicho hablando de petardos, o quienes siguen sorteándote con sus bicicletas por las calles peatonales a pesar de que hay un carril bici y muchas calles asfaltadas, podría llegar a entender que tengan algo de diversión. Sin embargo, por más que se la busco, no se la encuentro a lanzar petardos perturbando el descanso y la tranquilidad de los ciudadanos.

No hace mucho, además, mantuve una conversación con un buen amigo mío, agente de seguridad de Cabra, acerca del lanzamiento de petardos, ya que dije públicamente que si cualquier día, dando un paseo con mi hijo o con mi perro, alguien lanzaba un petardo y los asustaba, me encargaría yo mismo de impartir justicia. Me dijo, obviamente, que eso no podía ser. Que había que denunciar. Que les llegan muchas quejas pero muy pocas denuncias, que es la única forma de atrapar a estos perturbadores del descanso y la tranquilidad, y que los lanzadores de petardos les ponen las cosas cada vez más complicadas. Lo hacen, obviamente, porque actúan cuando las fuerzas de seguridad no están cerca, como quienes rayan el chasis o rompen los espejos de los coches. O como quienes entraron a robar en mi propia casa mientras salí diez minutos a comprar el pan.

Lo curioso, es que cuando esta situación se lleva repitiendo muchos años, ahora salen los listos de siempre. Los que están para escuchar las quejas vecinales porque las urnas, queridos amigos, no les dieron lugar para más. Resulta que el grupo socialista de Cabra, ese que propuso para la alcaldía a una persona que cuando en cierta ocasión le dije un par de verdades desde la educación eliminó el mensaje y eliminó nuestra ‘amistad virtual’ en una conocida red social, nos quiere hacer ver que la culpa de que se lancen petardos, como no podía ser de otra manera, es del gobierno local.

Es decir, a modo de resumen, que los petardos no se lanzan porque unos los venden y otros los compran, sino por culpa de Fernando Priego y su equipo de gobierno. Evidentemente, cuando hasta hace poco más de cuatro años el PSOE mandaba en esta ciudad, Cabra era más segura, más limpia, más tranquila, menos ruidosa y más alegre, y por supuesto, no se tiraban petardos. Para petardos, ya estaban ellos.