Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

El ridículo

Ya quedan muy pocos días para que se celebren las elecciones municipales y me voy a seguir resistiendo a hablar de política, y eso que me sobran temas y motivos para hacerlo. Así que vayamos al lío, hoy toca hablar del sentido del ridículol.

Lo primero que haré es irme a la RAE a conocer su significado, y como adjetivo dice en su primera acepción: “Que por su rareza o extravagancia mueve o puede mover a risa”. Y como alocución adverbial ‘en ridículo’ dice: “Expuesto a la burla o al menosprecio de las gentes, sea o no con razón justificada. Estar, poner, quedar en ridículo”. Sobre el ‘sentido del ridículo’ también nos dice: “Inclinación a evitar ciertos comportamientos o actitudes o a censurarlos en otros por considerarlos ridículos”.

Bien, teniendo todo ello en cuenta pienso que el sentido del ridículo de ahora no es el mismo del que teníamos antes de que aparecieran las redes sociales. Y evidentemente son las redes sociales las que han contribuido a que nos degeneremos un poquito más, a pesar de que la juventud esto no lo entiende así, entre otros motivos porque ellos no han conocido lo anterior, solo lo actual, con lo que no pueden comparar, yo sí.

No soy usuario de las redes, no tengo Facebook, ni Twitter, ni Instagram, ni TikTok, solo uso las dos primeras para las tareas informativas de este periódico. Sí uso el chat Whatsapp, aunque esto en sí no es una red social, en todo caso yo diría que una red particular. Pues bien, si no uso las redes sociales alguien estará ya pensando que entonces cómo las juzgo. Muy sencillo, porque a través de la gente que me rodea, y que sí las usa, veo de vez en cuando lo que me enseñan por ser llamativo; y también porque las noticias de Google a través del móvil están cargaditas de enlaces a ellas, por lo que lo de “noticias” en la mayoría de los casos dejan muchísimo que desear, solo son entradas a las redes que, por uno u otro motivo, han tenido más repercusión de lo normal, o sea, lo que se viene diciendo que se han hecho virales.

¿Y cuáles son esos motivos? Bueno, a veces porque ofrecen imágenes impactantes de inmediato, hecho que valoro muy positivamente; otras porque contienen un comentario muy atinado, que si es así e inteligente también lo valoro; otras porque se provocan discusiones y el morbo está ahí; otras porque están en un enlace a un programa de televisión y ahora se ve la tele y se mira la red, todo a la vez. Y otras porque una persona se hace con muchos seguidores y tiene que mantenerlos a base de lo que sea, entre otras cosas haciendo el ridículo. Y oye, no le importa lo más mínimo. Que conste que no todo lo valoro como malo respecto a las redes.

Y hablando de estos últimos, los llamados influencers, bien sean twitteros, tiktokers, instagrames o youtubers (pensando que los canales de youtube entroncan con las redes) son gentes que suelen aportar poco (también hay quienes aportan mucho, sobre todo twitteros, lo admito), pero que saben ganarse a la gente lo suficiente para que al ‘seguirlos’ ellos se agranden. Y resulta que esta gente son los que influyen en nuestros jóvenes, y no tan jóvenes, para adoctrinarlos según su criterio, cuando paradójicamente no suelen tener muchos criterios.

Hay a patadas, y uso esta expresión porque también a patadas echaría yo a muchos de ellos al verdadero mundo laboral. Me han enseñado a individuos que en mis tiempos los consideraríamos ‘retrasadillos’, sin querer ser despectivo ni discriminatorio, pero para que se me entienda. Gente cuya estulticia es evidente y que ahora se asoman a las redes y la gente los sigue porque les hace gracia, hablando en plata, porque se ríen de ellos o con ellos. Otros, con la misma capacidad intelectual se asoman a comentar cualquier tema, sin el menor conocimiento del mismo, y ni se ruborizan, sueltan la estupidez más grande y se quedan tan panchos. Y es que se ha perdido el miedo al ridículo, en el mundo del todo vale, se han perdido valores como la cautela o la sensatez tan necesarios para progresar.

Y están los que saben hacer cualquier cosita y la exprimen hasta dejarla seca. Empiezan viendo que consiguen seguidores, luego se crecen viendo que eso les da algo de dinerito, y persiguiendo vivir más que bien, incluso pensando en la riqueza económica, se lanzan sin pensar en el ridículo que hacen por el camino. Qué más da, donde entra don dinero lo demás salta por la ventana. Y ganan dinero porque como siempre la publicidad entra en acción, y la publicidad es dinero, y el dinero no conoce el ridículo. A veces las ganancias son en especie, es decir, las marcas los surten de sus productos a cambio de que ellos los saquen en su perfil de red, a veces de manera no solo ridícula, sino vergonzosa.

Antes se decía que había que tener mucho cuidado con ‘la caja tonta’, la televisión, que podía ejercer en la gente una muy mala influencia. ¿Y ahora qué pasa con las redes sociales? ¿Es que éstas no tienen peligro? Opino que, como todo, depende del consumidor, para más de la cuenta seguro que a la postre les serán perniciosas, a los más avispados le pasará la factura que ellos quieran que le pase, y para otros, como yo, estarán ahí sin pena ni gloria.

Y a pesar de lo dicho, reconozco que yo también me dejo influir, quiero pensar que eso nos sucede a todos, pero creo que soy más selectivo al entrar en ese juego, ya que busco saber lo que no sé, que es muchísimo, y quiero que sean los que sepan de ello los que me influyan, me enseñen para al final tomar yo la última decisión tras una reflexión razonada. Y sin prisas, hoy todo es rapidísimo y ahí tenemos también mucho que cambiar, lo rápido conlleva caer en el ridículo en más ocasiones de lo que nos creemos, si es que eso les importara a los de la rapidez.

Podría seguir analizando redes y ridículo, pero no quiero aburrir, opiniones tendré en contra, eso lo tengo clarísimo porque ahora no se lleva ver mal que alguien salga en las redes opinando de esto y aquello, parece todo muy gracioso. Yo no lo veo así, será por edad o porque elegí otras maneras de vivir, que diría Rosendo, y sí me preocupa hacer el ridículo.

 

Pd- no olvidemos la guerra injusta y cruel que se vive en Ucrania, siguen muriendo muchos inocentes.

Pd1- no voy a decir ‘que gane el mejor’ en las elecciones porque eso no va a ser así …