Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Bonolidades

Ayer en la Sexta Noche, entrevistaron al expresidente del Congreso, exministro y expresidente de la Comunidad de Castilla-La Mancha, el campechano José Bono, y entre las perlas que soltó por su boquita ha habido una que ha revolucionado las redes sociales. Dijo que Julio Anguita era pobre intelectualmente.

Lo primero es constatar que a mí los campechanos cada día me dan más ‘yuyu’, y Bono entra en la nómina. Lo segundo es que me parece erróneo su comentario sobre alguien que jamás se enriqueció con la política, no es que fuera pobre, pero desde luego no era ni de lejos lo rico que es él, así que si acaso pobre en bienes, porque intelectualmente le daba a Bono mil vueltas, por la izquierda y por su derecha, a la que tanto se aproxima. Además, me parece que desprestigiar a alguien que ya no se puede defender dice mucho de la talla personal del sujeto castellanomanchego.

Ya se sabe el dicho popular, Bono sólo hay uno, el cantante y líder de U2, todo lo demás… Pero no voy a hablar de él, lo siento por los amantes de la buena música, hoy toca el lenguaraz José Bono, del que antes de su aparición ayer en el citado programa, lo ví de casualidad en uno de la 1 donde era el invitador sorpresa de dos parejas de famosos. Lamentable, tanto que no llegué ni a terminar de ver lo que rodaron durante la comida, no soporté sus banalidades, que desde ahora voy a llamar bonolidades, es decir, dícese del término que expresa todas las tonterías que dice el señor José Bono.

Y cuento esto porque a eso se dedica el portento intelectual, este llamado barón socialista, a cobrar por chorradas de ese tipo y por conferencias de una talla tal que no me atrevería a asistir no vaya a ser que no lo entienda. Vivir del cuento es propio de muchos políticos, y él confesó ayer que le gusta vivir bien, dijo que como a todos, lo cual fue un descubrimiento en el que yo nunca había caído… ¡qué clarividencia!

Su catolicismo extremo es algo que siempre ha chocado a muchos de su partido, esas genuflexiones ante el Papa, cardenales y obispos varios, besando sortijas de valioso precio, su defensa de la clase eclesiástica y de la religión en las escuelas dista mucho de preceptos socialistas. Pero hay que tener en cuenta, que él es diferente, ahora divorciado no será bien visto en las esferas católicas, porque hay que recordar que la unión matrimonial por ese rito es para siempre, lo que une Dios no lo separa el hombre… ni la mujer (perdonen el añadido coeducado), y él ha pecado. Aunque también es cierto que con dinero todo se arregla y en el Tribunal de la Rota se hacen milagros.

Podríamos hablar también de su defensa a ultranza de la monarquía, y de la española mucho más, ya que el campechano emérito era su ídolo. Campechanos unidos, no está mal para un partido político donde los metiéramos a todos ellos, quizás fuera el próximo de Toni Cantó.

Y esto no da para más, hacer un recordatorio de las ‘cagadas’ de Bono durante toda su trayectoria política me llevaría un buen rato, y no merece la pena perderlo en alguien que por ellas es tan conocido, porque ya se sabe que son muchas las bonolidades. Sus viajes a Turquía lo tienen también muy entretenido rejuveneciéndose con su pelambrera, parece que su gerontofobia lo tiene sumido en el mito de Peter Pan, lo que no sé es cuántos capitanes Garfio tiene que vencer diariamente para sentirse un héroe como el mitológico Narciso.

Aunque Bono nunca leerá estas letras, me gustaría decirle que ni política, ni intelectual, ni personalmente le llega ni llegará a la suela de los zapatos a Julio Anguita. He dicho.