Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Carta al Alcalde de Cabra

Mediante la presente le comunico mi decisión de renunciar al acta de Concejal del ayuntamiento de Cabra, hecho este motivado por las razones a las que ya aludí en el pasado pleno de diciembre de 2013. Como comprenderá, para mí dar este paso no ha sido fácil, pues después de más de 26 años continuados formando parte de esta corporación municipal es muy complicado asumir que ya no volveré a estar presente en las comisiones, plenos, juntas de portavoces o cualesquiera de los órganos que componen la estructura orgánica de nuestro ayuntamiento, algo que ha sido consustancial con mi vida cotidiana durante más de cinco lustros. Pero todo acaba, nadie es imprescindible y la vida continúa. Todo será distinto para mí, en algunos aspectos saldré beneficiado, sobre todo en el ámbito familiar, pero he de reconocer que echaré de mucho de menos los últimos lunes de cada mes, las reuniones con asociaciones, la preocupación por los problemas de nuestros convecinos, en definitiva, todo aquello que conlleva la dedicación al noble arte de la política, tan denostado desgraciadamente en los últimos tiempos. Quiero poner de manifiesto mi creencia absoluta en lo público y en sus servidores y modestamente deseo reivindicar la labor de la inmensa mayoría de los hombres y mujeres que se dedican a la política basándose únicamente en su inquietud por intentar mejorar la sociedad en la que vivimos. Es cierto que hay ovejas negras, frutas podridas, pero no es menos cierto que son una minoría, aunque en muchos casos escandalosa, y contra los que debemos luchar todos los que consideramos que la defensa de lo público debe ser el faro que guíe la actividad política, debiendo espolear el caballo de batalla de la ética y el compromiso por encima de los bastardos intereses particulares.

En momentos como éste es cuando se hace totalmente necesario, por ser de justicia, agradecer a quienes me han ayudado en mi labor, porque han hecho que todo sea más fácil y a los que me han criticado, porque me han hecho más fuerte y me han abierto los ojos para reconocer mis muchos fallos (los políticos que sólo se rodean de aduladores están abocados a un estúpido egocentrismo que inevitablemente les conducirá al pozo de la soberbia y la inutilidad).

En primer lugar agradezco a los egabrenses el apoyo que me han dado a lo largo de mi vida política, ya fuese con su traducción en las urnas, ya por el respeto que siempre me han mostrado aunque no hubiesen confiado en mí para participar en la gestión de gobierno.

Sé que puede sonar a tópico el agradecimiento a los trabajadores y trabajadoras del ayuntamiento por su trabajo y colaboración durante tantos años, pero este reconocimiento lo hago desde lo más profundo de mis sentimientos. Siento una profunda admiración por las personas que son el verdadero sostén de la actividad municipal en nuestro ayuntamiento, siendo en muchas ocasiones objeto de la incomprensión ciudadana,  presa fácil de recortes presupuestarios y puestos, en muchas ocasiones, como diana de errores cometidos por los gestores de turno. Una de las cosas que más me llenan de orgullo es que a la ahora de hacer las maletas para irme de la actividad municipal, me llevo la impagable amistad de muchos de los trabajadores con los que he compartido penas y alegrías durante este largo viaje que ahora llega a su fin (al menos por ahora).

No menor agradecimiento merecen para mí los medios de comunicación locales, con los que he mantenido y mantengo una relación mutua de cordialidad y respeto. Su papel es fundamental en el desarrollo del sistema democrático, pues un pueblo informado es mucho más difícil de engañar que uno que conoce lo que le rodea. No he sido nunca amigo de dar ruedas de prensa, algo que en muchas ocasiones me ha sido reprochado por quienes me estiman, pero siempre he creído tener la gran suerte de poder decir lo que quisiera en la tribuna más importante de nuestra localidad, el pleno municipal, por lo que nunca he entendido que tuviera que explicar con antelación lo que, sin duda, iba a hacer desde el púlpito de lo público, de la soberanía popular, es decir, en el salón de plenos, aunque obviamente respeto a quien lo vea desde otra perspectiva. Mis últimos agradecimientos son para mis compañeros de agrupación política, que han confiado en mí durante tantos años y, sobre todo, para mi familia, que han sido los mayores perjudicados en mi decisión de continuar por espacio tan dilatado  en la vida pública.

En otro orden de cosas, y tras una profunda reflexión sobre el asunto, quisiera comunicarle mi renuncia a mi nombramiento como “Ciudadano Honorario”, aprobado en la sesión plenaria del mes de julio del pasado año. Agradezco enormemente a todos los grupos políticos su unanimidad en la aceptación de esta iniciativa, así como las palabras que dirigieron a mi persona en dicho acto, pero pienso que es un honor que no merezco, pues en nuestro pueblo hay muchas personas que son merecedoras de esta distinción por muchos y más sólidos motivos que los teóricamente pudiera yo tener. Son múltiples nuestros conciudadanos que trabajan diariamente en paliar los problemas de nuestros vecinos más desfavorecidos, ya sea a través de ONGs, Asociaciones Vecinales u otras similares, personas que trabajan desde el silencio y la humildad, desde el esfuerzo y el compromiso ciudadano. No creo que yo atesore estas virtudes, por lo que sería para mí muy embarazoso que se me reconociese una labor muy por debajo del trabajo realizado por tantos de nuestros conciudadanos.

Para finalizar, sólo me queda desear a todos los miembros de la actual corporación que continúen en su denodado trabajo por mejorar el bienestar de los egabrenses, ya estén en el gobierno o en la oposición, pues esta ingente y maravillosa labor es tarea de todos y todas los que han sido elegidos para representar la voluntad popular.

Cabra, 20 de enero de 2014

Fdo.- Manuel Carnerero Alguacil
 

SR. ALCALDE PRESIDENTE DEL ILMO. AYUNTAMIENTO DE CABRA.-

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