La primera frase que me vino a la cabeza para titular estas líneas al ver la “enternecedora” imagen en la que en Vallecas un ultraderechista y un policía se abrazan - mientras parecen prometerse “amor eterno” con un “selfie” de testigo–fue la de “¡Quédate con quien te trate como trata un antidisturbios español a un franquista!”. Sal gorda para digerir la indignación.
Luego rondó, parafraseando a Italo Calvino1 “democracia demediada”. Al final tras volver a visionar las escenas de cargas y los gestos de los “patriotas de banderita, brillantina y naftalina“ que se movían como pez en el agua entre uniformados que enfundaban la porra aún caliente para llevar al “cayetano amigo” entre algodones, se terminó imponiendo “ democracia orgánica”.
Ya sabes, ese peculiar término acuñado por el Franquismo (*) para definir su sistema político. En él la palabra “democracia” la anulaba el adjetivo “ orgánica” y tras rechazar voluntad popular, sufragio libre, parlamentarismo, partidos políticos…concentraba lo “atado y bien atado”2 en “alcaldes a dedo, sindicatos verticales, iglesia paniaguada, ejército ahormado, jueces falderos y fuerzas de seguridad adoctrinadas en intolerancia”. Pura esencia patria donde la voluntad política siempre terminaba expresando lo que le salía de los órganos al “jefe supremo: Paca la Culona”3.
Cuarenta y seis años después de su muerte da la impresión de que intentan llevarnos otra vez a la casilla de salida, con el cansancio, asco y hastío que produce la sensación de lo ya visto.
Las repetidas escenas de confraternización ” gente de orden/ fuerzas de orden” que la pandemia nos está regalando han hecho aflorar del pozo de mis recuerdos imágenes de inquietantes parecidos de fines de los 70, principios de los 80 ( agresión de Fuerza Nueva a la manifestación pro autonomía de 2 de diciembre de 19794 en Córdoba con múltiples heridos, protesta universitaria en Las Tendillas tras el asesinato de Yolanda González5) que pensaba desterradas para siempre.
Esta reflexión se centra en el evidente peligro de involución que España corre si se normaliza con el voto el eje PP+ Vox y no en la disputa surgida en sectores de la Izquierda sobre la forma más adecuada de frenar al Fascismo.
Si no hacerle el caldo gordo e ignorarlos como ha ocurrido en Vicálvaro (eso sí, con una pancarta impagable: <Abascal no hemos podido venir a recibirte porque estamos trabajando. Y tú, ¿“pa” cuando?>) o demostrar la repulsa a pie de obra como los vecinos de Vallecas hicieron aún a riesgo de servir de altavoz a las propuestas racistas, xenófobas, clasistas, misóginas, homófobas...pero totalmente complacientes con el Capitalismo Salvaje que preñan el discurso de la ultraderecha ( aunque coincida con mi querido Pedro Antúnez que lo que más daño le puede hacer al “caudillito” neofranquista es repetirle el mantra “ Ponte a trabajar”, posibilidad de la que huye como el gato escaldado del agua fría. Ha logrado llegar a los 44 años sin doblar el espinazo, sin curro reconocido fuera de la política y encima dando lecciones. ¡Qué arte “pisha”!).
Entre otras cosas porque en la Derecha española la nostalgia de la Dictadura es un sentimiento trasversal que afecta también a amplias capas del PP.Y se acrecienta aún más en el sector madrileño encabezado por Ayuso. Por ello el “ voto útil” tiende a concentrarse en la “lideresa” pepera y puede dar al traste con Vox o pulverizar aún más los restos del naufragio de Ciudadanos. En los momentos álgidos del PSOE, principios de los 80 del siglo pasado, el entonces vicepresidente Alfonso Guerra llegó a decir6: ”En el PSOE presentamos de candidata a una cabra y gana la cabra”. Ignoraba que el PP trabajaría la idea de forma literal.
Es imprescindible poner en primera línea de las batallas de las ideas que el 4M nos estamos jugando mucho más que unas elecciones autonómicas, nos estamos jugando las libertades que tanto nos costó – especialmente a nosotros los comunistas- traer. Y que por tanto debemos denunciar y ser combativos con el blanqueo de la ultraderecha que tanto el PP como la mayoría de los medios de difusión hacen todos los días.
Para conseguir que nos traguemos el ricino, presentan como muestra de libertad el ayudar a encumbrar a los liberticidas. Para que cuadren los números electorales y puedan gobernar en Andalucía, Murcia o Madrid. Aunque como en el caso de la región murciana se recurra a trampas de tahúr. ”Peccata minuta7”.
Decía Julio en mayo de 2011, refiriéndose a las movilizaciones del 15 M: “ Son los nuestros”8.Lógico pues compartíamos la misma visión, las mismas ideas e idénticas ganas de transformar la sociedad. Diez años después, en abril de 2021 Ayuso puede utilizar la misma frase para hacer volver al redil a las ovejas descarriadas del neofranquismo que siempre estuvieron a gusto en el pesebre de la calle Génova, especialmente cuando Aznar pastoreaba y Esperanza Aguirre regalaba chiringuitos y mamandurrias a los mandamases de Nuevas Generaciones.
De ahí que por nuestra salud mental y política se haga más necesario que nunca poner en la picota del foco público y denunciar aquellos comportamientos de funcionarios pagados por todos y todas -a los que además entregamos el monopolio de las armas- que no entren dentro de sus cometidos constitucionales. Y el compadreo con políticos nostálgicos del Franquismo no es uno de ellos. Por mucho que en la vida privada sean sus votantes y en la sindical apoyen a Jusapol, cuando vayan de uniforme deben mimar la neutralidad. Ya se sabe, como la mujer del César9.
Y para quien reste gravedad a esta forma de “amistad peligrosa" dos preguntas que son la misma:
¿Hasta donde llegarían los gritos de indignación de los Casados, Abascales, Herreras o Losantos de turno si en las redes corrieran como la pólvora fotos de ertzaintzas abrazados a Otegui o de mossos pasando el brazo por los hombros de Puigdemont?
¿Cuánto tardarían en pedir cabeza y expulsión del cuerpo del osado? Y si con el que posaran fuese Iglesias- culpable, como la Rusia soviética de todos los males que asolan la Patria- mejor ni pensarlo.
Desgraciadamente vamos a llegar al 4M con la movilización social muy debilitada y mucho desencanto. Seguramente provocadas ambas cosas en buena parte por el trabajo institucional de nuestros representantes y las contradicciones emanadas de sus decisiones políticas.
Pero creo que cuando hay una vía de agua en nuestro barco /sociedad por la que penetra un fascismo que amenaza ahogarnos, lo primero es intentar taponarla y luego llegar a buen puerto para analizar errores y fallos con la intención de no repetirlos. Por ello para tapar el boquete Ayuso /Monasterio (van en el mismo pack, no lo olvidemos, si se compra una regalan la otra) intentemos utilizar las herramientas más adecuadas y Unidas Podemos viene al caso que ni pintada. Ya tendremos tiempo de hablar después si nos gusta más o menos la coleta del fontanero.
Retrata Secundino Serrano en su precioso libro10 como el húngaro Eugen Herzfeld, judío, comunista y brigadista internacional, cuando iba a ser ejecutado el 15 de enero del 41 por las SS en el campo de Mauthausen se volvió a los republicanos españoles allí presos y gritó en perfecto castellano:” ¡Camaradas, hermanos españoles, la lucha continúa!” para caer abatido a balazos mientras terminaba con un "¡ Viva la República española!"
Si nos tomamos a broma la amenaza del Franquismo / Fascismo ramplón, estamos ayudando a cavar nuestra propia tumba.
Porque fueron, somos.