Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

La cabra, la cabra, la...

Un año más y van… hemos contemplado como, tanto el día 4 como el día 5, pasaban ante nuestros ojos (ya acostumbrados) y los ojos de nuestros visitantes (que alucinaban) el DBC (Desfile Botellón Carrocero).

Un año más hemos oído “Esa carroza la vamos a quemar”, “la cabra, la cabra, la puta de la cabra”, “un bote, dos botes, tres botes, maricón el que no bote”, “que salude…” todo ello, mal entonado, pero bien gritado, por jóvenes (algunos demasiado), y bien aderezado con botellas de dos litros rellenas de… algo espiritual que les hace parecer muy alegres.

Personalmente me cuesta ponerle el nombre de “Carroza” a los remolques llenos de gente gritando, para mí, en el desfile de este año solo podrían llevar ese nombre dignamente 4 o 5 de ellas.

Para los que ya tenemos algunos años estos DBC son algo ni remotamente parecido a lo que se vivía muchos años atrás y tenemos en nuestra memoria, algo a lo que llamamos con añoranza “tradición”.

El día 4, además de la Bajá, estábamos expectantes por ver el original y colorido desfile, las verdaderas obras de arte que circulaban por nuestras calles y que atraían a turistas de la comarca y egabrenses de otras provincias. Si una era bonita la siguiente la superaba en originalidad, las sevillanas predominaban en todas ellas y se iban entonando de una carroza a otra, los vestidos de las mujeres eran de mil colores y se apreciaba perfectamente el trabajo realizado, tanto en el carroza como en la vestimenta sobre todo de ellas, durante prácticamente todo el verano.

Pues todo lo anterior lo he querido argumentar y razonar con jóvenes de ahora para que vieran la diferencia, y me dicen que sí, que está muy bien, pero que eso era lo viejo y que si las tradiciones son costumbres que se van arraigando con los años, esto de ahora ya viene de hace bastantes años, se ha ido incrementando porque cada vez son más las carrozas de este tipo y, por lo tanto, ya se puede considerar como una tradición.

Así que, en definitiva, como llevan razón, y no se evitó cuando se pudo, pues ahora a tragar con la cabra y el resto de frases “tradicionales”.

Pero sí hago una reflexión. Si esto es lo que quieren, y teniendo en cuenta que ellos son el futuro, que sigan, lo que no me queda muy claro es como se lo explicarán a sus hijos.