Supongo que todos conocen el hecho de no hacer caso al tonto como recomendación para evitar un enfrentamiento estéril, el “no le hagas caso, ese es tonto” habrá estado presente alguna vez en la vida de todos los lectores. Y pienso que es una buena recomendación, no perder energías en algo debido a la estulticia del oponente es verdaderamente de inteligentes.
Y esto viene porque llevamos muchos años en nuestro estado supergarantista en los que le hemos estado dando cancha a mucho tonto, quizás debido a que lo políticamente correcto imponía hacerlo, pero a costa de que el tonto terminaba con su tema en el candelero, esto daba pie a que los tontos se apiñaban y se terminaba imponiendo lo absurdo. Un ejemplo de todo esto podría ser el tema de las lenguas en España. Me gustaría saber quién fue el tonto que empezó el camino para conseguir que en el Senado se puedan usar todas las lenguas de nuestras autonomías y que, por lo tanto, se tengan que usar traductores y “loritos” para entender al vecino, que no se olvide que habla el español como todos. Y los demás senadores en lugar de aplicar lo de no hacer caso al tonto, pues le siguen la corriente y estamos donde estamos, con el absurdo por bandera. Lo que me trae otra reflexión, se dice que cuando un tonto empieza un camino, hasta que no se acaba el camino no se acaba el tonto; al final del camino en el Senado, ¿quién ha sido el tonto? Por todo esto se agradecen las palabras sensatas de Sergio Ramos en Salamanca dirigiéndose a un periodista catalán, que a su vez le pidió a Piqué que le contestara en esa lengua y después de hacerlo quería que se lo tradujera al castellano, fue entonces cuando Sergio le dijo a su compañero que se lo dijera en andaluz, que como parecía que no comprendía el castellano a ver si el andaluz lo entendía. “Sembrao” estuvo, sí señor, el tonto se llevó la respuesta que merecía.
También recuerdo las palabras del personaje de la película que lleva su nombre, me refiero a Forrest Gump cuando decía aquello que a su vez le dijo su madre: “tonto es el que dice tonterías”. Cuánta razón, así nos damos cuenta de los tontos que tenemos alrededor por kilómetro cuadrado, y parece que se acrecienta al acercarnos a la Carrera de San Jerónimo, ya me entienden… Con la que está cayendo, me parece incomprensible que nuestros representantes se dediquen más a hacer política para mantenerse en su escaño que a hacer política para sacarnos del túnel interminable en el que estamos sumidos. Un día sí y el otro también leemos u oímos los rifirrafes que tienen los unos con los otros, unas veces el tonto es uno y otras el otro, incluso pueden ser los dos a la vez, porque son incapaces de no entrar al trapo haciendo de la tontería el titular del día. Mientras, me quedo siempre con la duda de quién será el más tonto de los dos. Ejemplo, ¿Pajín o Cospedal? ¿Difícil, eh? Pues lo peor es que cada una tiene a una centuria de palmeros riéndoles las gracias, aunque poca gracia les hará a las familias que han dejado de tener ingresos y se ven en una situación caótica para vivir dignamente.
Hay por ahí una canción del dúo Amistades Peligrosas que nunca me gustó porque confundía el concepto de tontura, era aquella que decía: “… basta ya de tanta tontería,
hoy voy a ir al grano, te voy a meter mano…”, que va, que va, no son tonterías los flirteos, los preliminares, el juego del amor si me pongo cursi, pero en otros órdenes de la vida, sobre todo en el de la política, sí que me quedo con lo primero, basta ya de tanta tontería superflua, de tanta discusión tonta y sin sentido y de tanto escuchar y atender a tanto tonto. Y sí, metan mano, pero en la herida de este país para taponar la sangría a la que se le somete por unos gobernantes ineficaces y una oposición poco colaboradora e intransigente.
Y no es que uno sea muy listo, pero sí lo suficiente para saber cuándo hay que ignorar las tonterías, quizás el pragmatismo es algo incompatible con la filosofía ideológica político-partidista, que se mueve más entre las aguas turbulentas del quedar bien que entre las aguas serenas del manos a la obra que nos estamos ahogando. Por desgracia, la realidad política seguirá siendo: cada tonto con su tema.
Y todo lo expuesto, sin ánimo de insultar, lo digo por si lo lee algún tonto que así lo malentienda.
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