Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

El "Fascio-Comunismo"

Días atrás, utilizando la técnica de “patada en el culo” el candidato del PP a lendakari y antiguo alcalde de Vitoria Alfonso Alonso, fue defenestrado por Pablo Casado. Eso sí, cuando terminaron las palmadas oficiales de los dirigentes ultraconservadores agradeciendo los "servicios prestados" tardaron varias horas en sacarle los puñales de la espalda. Más que un ex-candidato parecía la Virgen del Mayor Dolor.

  En su lugar, para formalizar el pacto PP /Ciudadanillos la “Dedocrática” dirección del partido ha elegido a Carlos Iturgaiz, vivo retrato del “demócrata summum”. Basta recordar su conmemoración del 20N hace 17 años en el Parlamento Vasco mediante el edificante sistema de votar también por su compañero ausente Mayor Oreja. La acción le valió ser expulsado durante un mes porque no se atendió a su defensa: “ se apoyó – repetidas veces- en el escaño contiguo que estaba activado” (noticia en El País). Woody Allen en estado puro.

  Pues bien, este adalid del juego limpio se ha convertido de la noche a la mañana en el defensor de la “regeneración política hispana” que va a salvar a España de las garras del “gobierno fascio-comunista” aunando fuerzas cogido de la manita de Vox y la “persona maravillosa” ( sic) que lo lidera Santiago Abascal, en nombre del “Constitucionalismo” ("aunar fuerzas") 

  Rebobinemos antes de que se os fundan los plomos. No es coña lo que estáis leyendo. Quienes estuvieron en contra de la Constitución, los que se niegan de siempre a condenar el Franquismo y son los herederos naturales del Fascismo que apoyaron sus abuelos, siguiendo al dedillo el manual de manipulación de Goebbels, se atreven a motejar al gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos de “fascio-comunista”. 

    Vale que la segunda parte del término es verdadera pues en el mismo hay militantes del PCE, partido que por cierto puede darle mil tutoriales de Democracia y lucha por las libertades a la Derecha extrema patria, vengan agrupadas o en su versión “trifachita”. ¿Pero “fascista”? Antes de pronunciar esa palabra como insulto es mejor que Don Carlos “voto -doble” mire con cuidado a su tendido no vaya a ser que la mayoría de sus correligionarios le metan en el ojo los dedos de la mano extendida -estilo saludo romano- al grito de “¡Yo lo soy! ¡Y yo! ¡Y yo!...”.

   Parece ser que la canción de moda en el extremismo conservador hispano, llámense oficialmente como se llamen, es la antigualla “Vamos a contar mentiras”. Así los empresarios agrícolas de ASAJA, silentes durante décadas, en lugar de movilizarse contra grandes superficies y multinacionales, echan la culpa de todos sus males a un Coletas que lleva un mes en el cargo y come lubina mientras ellos están en la ruina. Eso sí, pagando jornales de miseria o montados en carísimos tractores último modelo.

   A su vez  los munícipes de Madrid o Córdoba pisotean la ley de Memoria Histórica volviendo a poner el callejero franquista o destruyendo los nombres de miles de víctimas del cementerio de la Almudena o la Junta de Andalucía saca un decretazo (huelga general el miércoles 4 de marzo) para entregarle la Enseñanza a la Concertada religiosa mientras destruye la Pública con la excusa de un inexistente derecho de los padres a elegir dado que la elección la pagamos todos y no con sus bolsillos...Y a coro se consideran los expendedores de certificados constitucionalistas mientras sueñan con ponernos a desfilar mientras que el desfile no sea de Carnaval, sino de penitencia, a ser posible con el paso de la oca.

  Ese es el rival que tenemos. Viene cargado de simplezas, falsas noticias y mucha mala leche. Como siempre. Buscar un enemigo al que echar todas las culpas históricamente ha funcionado. Haremos mal si lo ignoramos y nos ensimismamos con nuestro ombligo.