Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Un número

Quedan solo cinco minutos. Es la nosécuánta vez que recargas la página. Tu perro se acerca pero estás demasiado nervioso como para hacerle caso. Cuatro minutos. Tu madre te dice que te acuestes y que lo mires mañana tranquilamente. ¡NO PUEDES! Sigues recargando la página. Tres. Te ves todo el verano encerrado. Piensas en repetir. No. No. No lo consigo. Dos. ¡Ay! Hijo te va a dar algo. Uno. RECARGA. RECARGA. RECARGA. RECARGA. RECARGA. RECARGA. RECARGA. RECARGA… Y ahí está. Todo el año –o más– pensando en ese momento y ya ha llegado. ¿Seguro que esto es mío? Miras el WhatsApp. 200 mensajes. Puf… Tranquilidad. 10,98. 10,98…

Desde el más nervioso hasta el que no tiene prisa en saberlo. El momento de mirar la nota de Selectividad es muy diferente para cada persona: una frustración, un trámite más para llegar a la Universidad o un examen que te deja con las mismas dudas que tenías. En mi caso, estaba casi tan nerviosa como el personaje inventado del primer párrafo y creía que todo el mundo debería estarlo. No es así. Para cada persona ese número: 10, 5, 8, 14… tiene un significado distinto.

La nota final de acceso a la Universidad se obtiene de la nota media de Bachillerato más la de los exámenes que realizas en solo tres días abrumadores más la ponderación de la parte específica según el grado al que quieras acceder teniendo en cuenta el porcen… ¡Uf! Sí, un lío en el que no dejas de pensar durante un buen tiempo. Cuando ya lo tienes todo claro llega la angustia que provoca la plataforma de la Junta de Andalucía para elegir los grados a los que obtener plaza. Prepárate para cuando llegue el primer día de adjudicaciones. Si alguien ha conseguido entrar a las 00:00, enhorabuena. Eres único.

Se dice que el mejor verano de nuestras vidas es el anterior a entrar a la Universidad. Como la nota de Selectividad, para cada persona es distinto. Después de haber conseguido aprobar, cada uno toma un camino. Aunque entres a la primera en la carrera que quieres, donde quieres, con quien quieres y en el piso o residencia que más te gusta, tu vida va a cambiar como no te imaginas después de haber obtenido ese número. Y hasta cuando decides otra opción a la Universidad.

Lo único en lo que coincidimos después de pasar este trámite de la vida académica es que tenemos que tomar una decisión. Da igual si no te llega la nota para acceder al grado que deseas pues hay que dar un paso hacia un lado u otro.  Sin duda, lo más importante es que tienes que estar seguro de ese paso -que también puede ser para atrás o lo que parece que lo es-. La seguridad no va a dártela un número, ni tu padre, ni el orientador, ni los artículos con las carreras con más éxito… solo te la vas a dar tú mismo. Luego, este número, que puedes recordar siempre u olvidar muy pronto, no va a tener ningún valor. En cambio, tu decisión y todas las que sigas tomando son las que te marcan. ¿Quieres que estén condicionadas por los números?