Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Lo nuevo

   Generalmente algo nuevo nace para sustituir algo antiguo, muchas veces gastado en sí mismo.

              Algo así está pasando últimamente en la política española: lo antiguo se atranca a semanas vista y lo nuevo no acaba de nacer.

              Separando de la argumentación la situación catalana, de tal gravedad que merecería varias columnas de opinión exclusivas, nuestros actuales partidos políticos parecen alejarse día a día de la realidad de la calle. La situación socioeconómica de años pasados (la crisis, recuerdan (?)) ha construido un entramado social diferente al anterior, con estratos de la clase media en franco descenso en expectativas y posibilidades y unas clases modestas, algunas de ellas situadas directamente en la categoría de lumpen. Personas que hace 10 años cambian regularmente de coche cada cierto tiempo, exhiben vehículos de más de 15 años por la calle.

                Siendo cierto que las causas de la situación no pueden, ni yo lo pretendo por cierto, analizarse en un corto comentario, y que muchas de ellas trascienden las fronteras próximas (Globalización, competencia comercial de China y su entorno, inmediatez de la información, conflictos bélicos ...) No es menos verdad que desde casa, podríamos dar algo más de ejemplo. El ciudadano contempla atónito como la presión fiscal sigue progresivamente apretando cinturones y bolsillos, la deuda del Estado parece no tener fin en su aumento y para colmo su futura pensión, está más que amenazada por nubarrones cada vez más oscuros. Y mientras nuestros próceres, a lo suyo... Unos con la puerta giratoria de altos cargos funcionando (antiguo Director de la Guardia Civil), otros en la batalla de una disputa interna, antes de primarias, donde poco se habla de la realidad socialdemócrata actual, otros aún , por cierto los del “nuevo aire en la política” enfrascados en duelo de cargos con disputas en directo y en tiempo real, y finalmente otros que en corto espacio de tiempo han pasado de la aludida socialdemocracia al auténtico “centro político de los centros”, diluyendo la ideología en un baño de pragmatismo envidiable.  ¿Hay quién dé más?

                    No hay que ser un sesudo analista para ver que una y otra realidad, la de la política y la del ciudadano, parecen coincidir poco. No soy, por cierto, de los que descalifican a los políticos en su generalidad: la Política es, sencillamente indispensable. Pero si digo, que un tiempo de reflexión conjunta sería más que conveniente en la actual encrucijada.

                     Fracasado en su día el Comunismo ortodoxo con la caída del Muro, el Conservadurismo liberal, trufado en según qué sitios de ramalazos socialdemócratas, han ocupados los últimos decenios de la política en nuestro entorno europeo. Al no tener competidor real, ciertos entornos del Capital han arrasado literalmente con derechos y posibilidades de una sociedad que asiste atónita al escenario. Pero, ¿dónde está lo nuevo?  Y sobre todo, ¿qué es lo nuevo?

                     Un escenario con el Populismo, de cualquier signo, o directamente el extremismo y la xenofobia, como paradigmas a seguir, no parecen ser lo más adecuado para restañar el sistema. De otro lado, la renuncia a ciertos derechos sociales, debe ser un muro a no flanquear. ¿Dónde nos dirigimos pues? Difícil respuesta, cuando sobre todo no se está dispuesto a discutir posturas con la sola idea de encontrar el mejor camino, sino de terminar llevando la razón, como casi siempre ocurre, frente al interlocutor.

                        Compleja encrucijada. Solo decir que solo un común esfuerzo, y ahí debemos estar todos, políticos y ciudadanos en general conseguirá alumbrar un camino que por ahora permanece oscuro e inexplorado, en suma, aún por nacer.