Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Sí se puede desvariar

Nunca hubiera pensado que llegaría a posicionarme junto a Lucía Etxebarría fuera cual fuera la situación. Vivimos unos tiempos tan extraños que no puedo sino expresar mi apoyo a la escritora y manifestarme en contra de que una ministra, nada más y nada menos que la de Igualdad, aplauda que insulten a Etxeberría como la mayor tránsfoba de España, insulto que el colectivo COGAM disfraza con el nombre de «premio». En efecto, por un lado, una ministra que se enorgullece de que su ministerio sea el de «todas las mujeres» y llore un 25N (aunque los de su partido, su líder también, glorifique a Maradona, que tuvo varios casos de violencia hacia la mujer, o ella misma defendiera, hace unos años, a un tipo que utilizó la violencia hacia una mujer embarazada) le parece bien que se ataque a la escritora; por otro lado, resulta sorprendente, en vista de las lindezas que algunos miembros de la ultraderecha sueltan por la boca, sea Lucía Etxeberría quien reciba el «premio».

Esto lleva al desvarío que ocurre en Podemos, partido con un miembro condenado por llamar violador a un inocente, asunto que va contra sus propias normas, pero en el que no dimite nadie, en una clara estructura de la ley del embudo, sin permitir nada al rival, pero saltándose lo que sí se puede a la torera para los suyos.

Después de que las redes sociales se mostraran contra Irene Montero por su actitud, apareció la caterva de su partido para defender lo indefendible, dejándonos perlas, como la de Juan Carlos Monedero que, de sorprendente e increíble, ha de figurar aquí letra a letra, símbolo a símbolo, carácter a carácter:

Los ataques a @IreneMontero son coletazos del país que cortó el pelo a las mujeres de los mineros en huelga, que dejó en la cárcel en la amnistía del 77 a las mujeres, que quiso tumbar al gobierno por el matrimonio homosexual. Que fusiló a Lorca por rojo y maricón. #TodasConIrene

Es decir, está bien que una ministra aplauda el ataque a una mujer, porque, de lo contrario, sería como quienes mataron a Lorca.

Repito: increíble.

Así, el partido que se viste de morado va deshaciendo el feminismo, o modificándolo a su gusto. Y, mientras tanto, su líder, que es el vicepresidente del Gobierno, vive preocupado por la siguiente serie que va a ver, y por la supuesta conversación sobre rey y república que hubiera en Nochebuena, como si en mitad de una pandemia, cuando muchas familias no podrán juntarse por precaución, por el dolor de algún fallecimiento, por hospitalización, o por otro motivo, no hubiera otra cosa en qué pensar.

Y este tipo de gente forma parte del Gobierno…