Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

A y Z

A y Z, dos personas a las que voy a enmascarar con estas letras, distantes en el abecedario, porque están alejadísimas ideológicamente una de otra. Sigo a ambas en más de una red social y a ambas las leo, aunque en muchas ocasiones no comparto ideas con ninguna, sí disfruto de sus aportaciones relacionadas con la literatura. Puede ser un simplismo eso de no hay término medio, pues ambas no dudan en echarle la culpa a la ideología de la otra. Una cosa más, por supuesto, A no sigue a Z ni Z a A y, si han caído en la trampa del algoritmo de las redes, jamás se encontrarán.

A es feminista a la manera de Irene Montero y de ninguna más, no hay noticia sobre feminicidios o violaciones a mujeres que no difunda y suele compartir muchas publicaciones de Podemos, así como emplea palabras de menosprecio, insultantes alguna vez, sobre Ayuso y Feijóo. Tiene un radar magnífico para ponerte al día de los casos de corrupción del centro a la extrema derecha, aunque, por algún motivo desconocido, jamás alude a los de la derecha catalana ni vasca. Es, en efecto, antifascista, porque, como es natural y con toda la razón del mundo, el fascismo es un peligro y no puede tener voz en un sistema democrático; además de que vivió la dictadura franquista en su cara más cruel, sobre todo en sus familiares.

En cambio, Z no es feminista, al menos no del modo de Montero, porque cree que las mujeres tienen que luchar para ganarse el respeto y destacar en este mundo de hombres, ya que ella, doy fe, ha trabajado durísimo para obtener la valía que tiene en el mundo profesional en el que se mueve. Es profundamente anticomunista y conoce mejor que muchos fascistas los terrores del comunismo, especialmente en la infancia, ya que los vivió en sua propias carnes. Comparte muchas publicaciones de VOX, incluso las que claramente son bulos o mentiras, lo que sorprende de una persona tan intelectual e inteligente y, cuando del centro a la extrema izquierda hay algún delito no duda en destacarlo para que se conozca, a fin de relacionarlo con el daño que hizo el comunismo en los países donde se impuso.

Para que lo entiendan mejor. Tomemos el caso de Errejón, ¿qué creen que hicieron ellas? ¿Lo imaginan? A no dijo nada, silencio absoluto, ni una sola letra sobre el caso de Errejón, mientras que anteriormente a todos los hombres que antes habían sido denunciados por abuso, violación y demás les dedicó atención; por su parte, Z disfrutó de cómo la hipocresía y el poder de la izquierda habían callado durante varios años el abuso de uno de sus líderes. ¡Qué pena! Era una oportunidad estupenda para que dos personas de ideología contraria estuvieran de acuerdo en algo muy sencillo: no al abuso sexual de mujeres, seas de izquierdas o de derechas, te llames como te llames. ¡Qué pena!

Valoremos otro caso. El concejal de VOX que abusó de una menor. En esta ocasión, al tratarse de una menor, ¿qué creen que han dicho? A no solo difundió la noticia del juicio y del fallo judicial, sino también el comentario de que no se puede esperar otra cosa de la derecha; por su parte, Z guardó silencio o, pese a que está enterada de todo lo relativo a VOX, pareció que no supo de este caso. De nuevo, ¡qué pena! Era una oportunidad fantástica para que dos personas de ideología contraria estuvieran de acuerdo en algo tan simple: no al abuso sexual de menores, seas de izquierdas o de derechas, seas quien seas.

Pero a A le importan las mujeres y a Z las niñas, lo han dejado claro en múltiples publicaciones en redes; entonces, ¿por qué no las emplearon, como en otras ocasiones, para manifestarse contra lo que habitualmente se manifestaban? ¿Tanta ceguera causan unas siglas? ¿Es que importan menos las mujeres y las niñas si se implican ciertas ideologías? ¿De qué manera difundir información contra un dirigente de izquierdas o de derechas determina lo antifascista o anticomunista que se es? ¿Por qué prefieren la imbecilidad de optar por el silencio ante el abuso de una mujer o de una menor, si se perjudica al partido con el que se idenfican, a señalar a los agresores?

No estoy diciendo que los extremos se toquen, sino todo lo contrario, que se repelen, pero que se repelen cada cual a su propia necedad; y todas ellas, como decía una canción, no es lo mismo, pero es igual.

NOTA: A punto de enviar este texto a Sur de Córdoba, se destapan los abusos de Juan Carlos Monedero, sobre el que ninguna refirió nada, ya que prefirieron dedicar su tiempo a Donald Trump y puede decirse que esta vez han coincidido en criticar la actitud de Trump con Ucrania; hay matices entre la postura de A y de Z respecto a Trump que extenderían demasiado este artículo. Dejémoslo aquí y, si vale la pena, daré cuenta de por dónde las lleva el presidente de los Estados Unidos.