Ojalá la noche del próximo 4M entonemos a coro el “Puente de los Franceses”, en especial la estrofa “Madrid ¡qué bien resistes! mamita mía los bombardeos…” (mediáticos y de la oligarquía financiera que intenta barajar nuestras vidas).
O recitemos con Antonio Machado su “¡Madrid, Madrid; qué bien tu nombre suena/rompeolas de todas las Españas! La tierra se desgarra, el cielo truena/ tú sonríes con plomo en las entrañas”.
Y no hacerlo por nostalgia de un tiempo que fue y ya no será sino porque significaría que el intento del PP de blanquear el Franquismo de VOX y llevarlo al altar del matrimonio político cogido de la mano, con alfombra negra y por la puerta grande de la Iglesia donde comulgan todos los fanatismos religiosos, ha fracasado,
Escribía ayer Agustín Moreno que las opciones del juego en las próximas elecciones madrileñas se limitan a "Gobierno decente o de ultraderecha" y nuestro querido Manolo Monereo diseccionaba hoy (Madrid, entre el palacio y la gente) la importancia de la decisión y el arrojo ante los retos políticos.
Porque no nos llamemos a engaño, el 4M se va a convertir en un gigantesco laboratorio de ensayo político y control de mentalidades con los madrileños y las madrileñas en el papel de cobayas.
Una vez amortizado (¡y de qué manera!) Ciudadanos, las cloacas del Poder tienen suficientes cheques para seguir comprando tránsfugas ( perdón, “díscolos” cuando hacen la voluntad del amo) e intentar legitimar por tierra, mar y aire a ese sector de la Derecha, que siempre estuvo ahí, que siempre fue dictatorial y franquista, que nunca pidió el más mínimo perdón por los desmanes de la Dictadura de su amado asesino...para que ayude a que los privilegios de clase (“ ¡Es la Economía ,estúpido!” que diría Carville1) sigan intactos.
Y por ello van a potenciar el componente ideológico aunque sea a base de retorcer argumentos hasta reducirlos al absurdo y presentar con todo el cinismo una lucha entre “Socialismo o libertad”, lema que además de rechinar en los oídos cuando lo pronuncia gente con impulsos liberticidas, por no ser no es ni original.
En el juego maniqueo de buenos y malos copian al trumpismo, y en la estructura de la frase al cubano “Socialismo o muerte”.
La floja consigna (no olvidemos la máxima nazi de poner la propaganda al nivel del cerebro más simple) tiene réplica especular más brillante en la de “Socialismo o barbarie”, con el agravante de que en Madrid los bárbaros llevan ininterrumpidamente en el poder desde 1995. Y como buenos "caballos de Atila” no han dejado brizna de hierba pública sin destrozar en aras del “Capitalismo de amiguetes” (“Capitalismo clientelar” sería el nombre académico para definir la influencia total del mundo financiero sobre las decisiones políticas) siempre envuelto en dádivas, sobres en “b” o puertas giratorias.
No ignoremos pues que hace muchas décadas los bárbaros del norte cruzaron el desierto de los tártaros2 y desde entonces - disfrazados de Ruiz Gallardones, Aguirres o Ayusos- se sientan con los pies sobre la mesa, emulando al líder supremo José María “Ansar”3.
Dueños y señores del antiguo palacio de Correos donde tiene su sede la Comunidad de Madrid, siempre hicieron oídos sordos a los gritos de dolor de los torturados y asesinados en el mismo edificio cuando la DGS franquista ocupaba el inmueble.
Por ello valoro el gesto de Pablo Iglesias. Arrojarse a la piscina sin mirar la cantidad de agua y sabiendo las pocas papeletas que lleva para que la catalización surja efecto y se produzca la esperada reacción popular que, valga la redundancia, frene al reaccionarismo hispano, tiene mérito.
Y me parece positiva su determinación. Quién no arriesga no gana y es tiempo de asumir riesgos. No puedo negar su arrojo. El mismo arrojo y la misma contundencia que he echado en falta este año de gobierno de coalición en temas centrales como freno de los desahucios, eliminación de la ley Mordaza, extensión del Ingreso Mínimo Vital, coqueteos con la posible eliminación de subsidios o freno en seco a la voracidad privatizadora en Educación, Sanidad, Infraestructuras...
Espero y deseo que el acto sea anticipo de la voluntad de recuperar el camino que millones recorrimos con el 15 M o las Marchas de la Dignidad intentando crear Contrapoder y no un mero tacticismo.
Es hora de que nos paremos un segundo a reflexionar sobre nosotras/ nosotros y nuestras miserias pronunciando un “paz, lobos, paz” que selle unos colmillos siempre dispuestos a la dentellada cainita.
Hemos cometido mil y un errores (como no podía ser menos conociéndonos), antepuesto egos a proyectos y la acción puntual a la propuesta programática del corredor de fondo.
Hemos desandado caminos y afectos, convirtiendo nuestras divergencias semánticas o estratégicas en pasos fronterizos. Por olvidar hemos olvidado que la risa es revolucionaria y la crítica/ autocrítica sanadora. Y que en una revolución de burócratas, capillitas y siesos4 siempre terminaríamos calentando bloques de hielo (con el trasero) en Siberia.
Por eso, cuando delante de nuestras narices están montando la pira inquisitorial que viene con nuestros nombres y apellidos, cuando Ayuso declama en plan Nerón antes de meterle fuego a Madrid 5 mientras juega a ser el von Papen6 que cuele de socio de gobierno al neofranquismo, sería conveniente para nuestra salud mental intentar ponernos de acuerdo para definir lo importante y lo accesorio de la actual coyuntura política.
Si olvidamos que históricamente los recortes de libertades y derechos que patrocinan los privilegiados siempre vienen con la intención de quedarse y hacerse tradición, flaco favor nos hacemos.
Reclamaba Manuel Azaña 7 “Paz, piedad, perdón”. Ojalá tengamos la suficiente generosidad en nuestras filas para que el árbol de las discrepancias no nos impida ver el bosque del fascismo en ciernes y nos apliquemos la máxima del presidente republicano.
Molesta (y mucho) el ninguneo que al resto de la nación se hace desde los mentideros del centralismo madrileño y contemplamos una y otra vez como los dirigentes del país consideran a Madrid “Hispaniae umbilicus”8 olvidando que – como diría Benedetti- 9 “el resto también existe”.
Pero ello no nos puede hacer ignorar la magnitud del órdago lanzado por quienes en una reedición adaptada al siglo XXI del “Manifiesto de los Persas”10 pretenden legitimar la vuelta del Franquismo.
Cuando Ayuso saca pecho y reivindica sin complejo un "cuando te llaman fascista estás en el lado bueno de la Historia" está haciendo una nítida declaración de intenciones. Ella que tanto gusta de calificar de “proetarras, chavistas, bolivarianos…” a cualquier persona que discrepe, sabe perfectamente la obviedad que encierra llamar “facha” a quien hace políticas de extrema derecha. La prueba del algodón: basta con leer las loas que le dedica públicamente la Fundación Francisco Franco ("admiración creciente" a su persona).
Estos son los personajes contra los que nos estamos jugando el futuro. Y la partida empieza en Madrid. Para frenarlos “programa, programa, programa”, tener claro en que orilla te ubicas, de quienes debe rodearte y combatir el ruido de la propaganda con propuestas de justicia e igualdad que traspasen el estado de promesa electoral. Y desprendimiento para concordar, todo el altruismo del mundo con quienes "son los nuestros".
Con el desafío que se nos viene encima, tonterías las justas.