Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Unas notas autobiográficas

Hace unos días me dijeron unos amigos de Cabra que conservaban una vietnamita. De inmediato la identifiqué, les dije quién la tenía en la clandestinidad y dónde la guardaba. No les conté, tampoco voy a hacerlo ahora, en qué lugar la utilizamos los que entonces éramos estudiantes, que en varias ocasiones elaboramos y lanzamos panfletos en la localidad. Aunque casi ninguno de nosotros militaba en un partido, colaborábamos con la única organización existente entonces en nuestro pueblo, el PCE (también había algunos miembros de la CNT), y junto a ellos estuvimos luego en la formación de un grupo de apoyo a la Junta Democrática, con varias reuniones de las que guardamos sabrosas anécdotas. Algún viejo militante como Luis Urbano puede dar testimonio de ello, así como del grado de colaboración que mantuvimos en aquellos años. Podría citar aquí los nombres de aquel grupo de amigos y amigas, pero hubo otras personas que también trabajaron en la clandestinidad, me conformaré con recoger un solo nombre, Chari Romero, entrañable por muchos motivos, y a la que desde aquí le testimonio mi cariño tras su reciente fallecimiento.

Al igual que en otros momentos se utilizaba el término “obrero consciente”, hoy podríamos decir que también existe el “ciudadano consciente”, que entre otras cosas se caracteriza por su interés por los asuntos públicos y por actuar con perspectiva política, bien desde el ámbito de los partidos, desde organizaciones de distintos tipo o desde el de su profesión. Ese grupo de amigos del que hablo más arriba pertenece a una generación que accedió a esa conciencia en los años del tardofranquismo y que vivió la muerte del dictador en su etapa universitaria. Algunos leímos mucho marxismo (también leninismo) y después la suficiente teoría política y constitucional como para comprender la esencia de un sistema democrático y del Estado de Derecho, de ahí nuestra discrepancia con quienes hablan de “régimen del 78” o con quienes en un alarde de ignorancia definen nuestro sistema político como “borbónico”. Así pues, en los inicios de los años 70 nacimos a la política, y en ella seguimos.

Los inicios de la Transición coincidieron con nuestra incorporación al mundo del trabajo, estábamos fuera de Cabra. Por mi parte, tras un curso por tierras extremeñas, viví en Montilla tres años (1979-1982), que se iniciaron justo cuando allí comenzó a gobernar el Partido Comunista. En el citado pueblo tuve ocasión de participar de manera activa en cuestiones clave de la política andaluza de aquella coyuntura, y con el que años después sería su alcalde, Antonio Carpio, como concejal de Cultura, mantuve una estrecha colaboración en las labores culturales. Allí, una de aquellas amigas fue la impulsora de la Asamblea Feminista de Montilla, una organización pionera en nuestra provincia. En fin, no es cuestión de entrar en más detalles para no hacer más largo este artículo, solo puedo afirmar que al igual que yo, mis amigos y amigas han mantenido una actitud de compromiso a lo largo del tiempo, alguna y alguno con responsabilidades políticas importantes, hasta el punto de aparecer en Wikipedia, aunque allí muchos datos no se recojan, pero el error reside en quienes piensan que ahí está toda la información, y que además es precisa.

Militar y hacer política desde la izquierda, desde los años 70 hasta hoy, no es solo ser concejal en tu pueblo por un partido de izquierdas. Por cierto, en todos estos años de democracia municipal, en Cabra nadie ha reclamado que se le retire a Franco la medalla de oro de la ciudad, cuestión que no se ha planteado hasta que yo la puse sobre la mesa en la Comisión para la Memoria Histórica, donde asisto en mi condición de historiador a propuesta del PSOE, y que no se debatió porque se dejó pendiente para la siguiente reunión, que sin embargo no llegó a celebrarse antes de las pasadas elecciones municipales. Espero retomar el tema cuando se nos vuelva a convocar. No obstante, no pienso que los concejales de izquierdas que han formado parte de la Corporación egabrense desde 1979 hayan cometido algún pecado de derechismo, mi análisis de la evolución histórica no se rige por esos criterios.