Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

La tontuna, los ofendidos y en su casa no lo saben

Que la estulticia humana no tiene límites es algo que hoy día no se puede negar. Con la llegada de las redes sociales asociadas a un aparato tan accesible como un teléfono móvil creo que la exposición de tanto tonto se ha vuelto exponencial, porque el inteligente es el aparato no quien lo maneja.

Así vemos que todo cristo opina de todo, aunque no tenga la menor idea de lo que se habla. Antes la pudicia hacía que ante lo desconocido la reacción fuera callar, escuchar y aprender, al menos eso hacíamos las personas corrientes, el lelo aún más, puesto que no se atrevía a quedar en ridículo ante los demás. Ahora no hay miedo al ridículo, eso de que todo vaya online, con la apariencia de que lo que se dice queda para uno mismo, hace que se lance cualquiera a decir la barbaridad más grande sin miedo. Y lo peor es que el bobo que hace esto en las redes termina también haciéndolo en círculos presenciales, sin sentirse ridículo, incluso creyendo que su estúpida opinión es muy a tener en cuenta. Pero es que eso no se puede evitar, opinar es gratis, aunque esa opinión no esté basada en fundamentos contrastados, ni siquiera tienen a veces fundamento, solo es hablar por hablar, no callar, y el necio eso lo borda.

Lo digo muy a menudo, eso de que todos somos iguales es la peor verdad a medias que se dice corrientemente. Todos somos iguales ante la ley, hay que terminar la frase, e incluso haciéndolo yo pongo en duda que así sea verdad. Quien emplea la frase a medias, que es la peor mentira, suele ser alguien con poco sentido analítico, buscando en ella que lo respalden los que son como él… o ella… ¿o elle?

La tontuna se ha apoderado del día a día, y no para uno de escuchar idioteces a diestro y siniestro y viniendo de ámbitos muy diferentes, con el peligro de que quien no es tonto tenga tendencia a serlo, ya que todo se pega. Puede resultar sorprendente, aunque es real, que alguno de estos mentecatos tenga un canal con muchos seguidores, tantos que hasta le paguen un dinerito. Lo que ya no se es si los seguidores son igual de zopencos o es que lo siguen para reírse de ellos, lo cual me preocupa, porque siempre he pensado que hay que reírse con y no reírse de. Todo patético.

Decir lo que estoy diciendo puede llevarme a soportar a quien se sienta ofendido, porque esa es otra, ahora digas lo que digas salen ofendidos en derredor. Y por supuesto ya cuento con los ofendidos ofendedores, que me dedicarán donde los quieran escuchar alguna que otra delicatessen para sentirse justicieros. Anchas espaldas y convicción para soportar la avalancha.

También pueden tomarme por un prepotente, incluso por un desaborido, y ambas cosas están tan lejanas de mi persona como España de Australia. Y es que el sentido del humor marca mucho a las personas, siempre ha existido el humor inteligente, ese que no entienden los tontainas, y practicarlo delante de ellos los fastidia y mucho. Ellos son gente de simplezas y risotada fácil, como el chiste se complique la risa no aparece en su tez, se quedan en sonrisa más bien falsa. He comprobado que para librarte del bobo chistoso, si el resto de la reunión no es como él, basta con usar el humor inteligente y huye como las ratas de un incendio.

Ahora se anda con esto de la inteligencia artificial, que si Alexa, Siri y ok google pasan a formar parte de nuestra vida diaria, siendo, como son, solo una pequeña parte de lo que ya se lleva recorrido en este terreno. Pues no me acostumbro yo a eso, no se, me da que Alexa es de todo menos inteligente, de hecho alguna vez, de lo poco que uso el aparatito, he terminado tan harto como cuando hablas con un tontarreras. Se ve que esa inteligencia artificial solo se basa en poseer datos, y claro, si esos datos no se procesan adecuadamente llegas a decir tonterías. No sé yo si como la inteligencia humana, que se encarga de procesar más o menos correctamente todo lo que sabe, pudiera llegar a tenerla un robot, o algo muy parecido. Creo que en eso se está, pero aunque se consiga pienso que el sentimiento, que es algo no racional y sí instintivo, sería todavía más complicado insuflárselo a una máquina.

Y me pregunto yo, ¿por qué no se dedican esos esfuerzos titánicos a mejorar la pobre inteligencia de tantísimos humanos en lugar de a maquinitas? Ya sé que los panolis no dejan dinero y las máquinas sí, pero es que hay tantos...

Bueno, lo dejo ya, agota dedicarle tiempo, que no merecen, a los que hoy inundan este incomprensible mundo. Como se suele decir hay tontos, y en su casa no lo saben.

 

Pd- le dedico este artículo al bético y amigo Falco y a todos/as los que como él no tienen nada que ver con los pazguatos antes citados, ellos demuestran ser diferentes, concapacitados sin un pelo de tontos.