Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

¿Cómo es posible?

¡Qué barbaridad! Parece que fue ayer y ya hace tres meses que murió Emilio Botín. Aunque pronuncio estas palabras, sigo sin creerlo: “Emilio Botín ha muerto”. ¿Cómo es posible? ¡Si Emilio Botín era inmortal! Una persona tan forrada era imposible que muriese. Morir es una cosa vulgar, reservada para los mortales, para los chuflas, pero no para Botín, elevado por méritos propios al parnaso de la excelencia, cuya vida fue una permanente apo-teosis al estilo de Augusto ante Prima Porta o quizá todavía más, a lo Ramsés II. En una palabra, Botín era inmortal.

Por ello no dejo de estar perplejo ante la osadía de Dios de llevárselo de este mundo, que era propiedad de Botín, ya que Botín estaba llamado por el Destino a convertirse en el dueño del mundo. ¿Cómo es posible que Dios haya tenido la osadía de inmiscuirse en ese destino? ¿Cómo es posible que Dios haya tenido la osadía de impedir que Botín concluyera su magna obra dejando cosas a medio hacer?

Por ejemplo, es inconcebible que no le haya permitido concluir el Centro Botín en la ciudad de Santander, comparable a las pirámides de Kefrén y Micerino, en el que la edificación avanza sobre el mar Cantábrico con claro desafío al artículo 132.2 de la Constitución en el que se protege el dominio público marítimo terrestre. ¿Pero qué es el dominio público marítimo terrestre frente al inmortal Botín, que precisaba poder ver el Centro Botín desde el balcón de su despacho del Banco de Santander en el paseo de Pereda de la ciudad cántabra?

Yo creo que el mundo está loco, loco, loco. Es más, creo que este mundo, sin Botín, no tiene sentido porque Botín era nuestra razón de ser, lo que daba sentido a nuestras vidas. Ayer estuve comiendo con mi amiga Lola que sostiene la opinión de que nadie ha llorado ni va a llorar por un banquero. Discrepo de ella. Desde el pasado 10 de setiembre, todos y a todas horas estamos llorando por Botín, porque Botín era nuestro amigo, y más que un amigo, ya que llegó a conseguir un verdadero milagro: que su banco fuera nuestro amigo. Efectivamente, así lo decían los carteles de hace tiempo: “Santander, tu banco amigo”. Botín logró fomentar desde la banca la amistad y el amor entre todos los seres humanos hasta el punto de que los bancos son lugares de amistad, sobre todo entre los “preferentes”.

Aunque los hombres tengamos distintas religiones, parece ser que tirios y troyanos, todos, pensamos seriamente que tras esta vida hay un juicio en el que compareceremos ante Dios. Así las cosas, me pregunto: ¿Cómo es posible que Dios haya tenido la osadía de hacer comparecer ante Él a Botín? ¡Si Botín es dios! ¿Cómo es posible que Dios haya tenido el atrevimiento de juzgar a Botín? ¡Si nunca nadie ha osado juzgar a Botín!...Bueno, sí, la jueza Teresa Palacios tuvo esa osadía hace años, pero enseguida le quitaron el caso y lo archivaron. ¡A quién se le ocurre, pretender juzgar a Botín! Eso es una veleidad inconcebible ya que Botín no puede ser juzgado por nadie, ni siquiera, como Franco, ante Dios y ante la Historia. Botín es dios. Por tanto, me imagino que Dios se ha metido en un difícil laberinto al llamar de este mundo a Botín para juzgarlo.

Otra cosa de la que no termino de asombrarme es que Botín se ha ido a la otra barriada con lo puesto. ¡Qué imprevisión! ¿Cómo es posible? Se podía haber llevado el jet particular para seguir haciendo negocios de una parte a otra del cielo. O unos cuantos cientos de millones de euros para los pequeños gastos ordinarios. No lo entiendo. ¿Qué va a hacer Botín en la otra barriada sin dinero?

Tampoco entiendo cómo es posible que Dios no le haya dejado tiempo para despedirse de tanta gente conocida, y con el boato que la ocasión reclama. Con la de compromisos que tenía Botín. Vaya, que con esas prisas por morirse, Dios ha hecho quedar mal a Botín ante gente tan importante con la que se relacionaba. Es que Dios no sabe guardar las formas. Debería haber pedido permiso a Botín para hacer las cosas como dios manda, o sea, como Botín manda.

Verdaderamente, Dios no deja de sorprenderme. El mundo se ha vuelto ininteligible sin Botín; después de su muerte ya todo es posible en esta vida, cualquier cosa puede suceder; el futuro se cierne sobre nosotros lleno de interrogantes y densos nubarrones.

Comentarios

Enviado por Antonio Moya So... el

Con todos los respetos, señor o señora mayca, me parece que no ha captado usted el sentido del artículo.

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