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"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Patrimonio local

En el año 1929 tuvo lugar un acontecimiento trascendente en la historia de Cabra: la instalación de una sucursal del Banco de España. La prensa de la época se deshizo en elogios, repetidos unos meses después cuando abrió sus puertas el Banco Español de Crédito. Así, en La Opinión se puede leer: “¡Qué sería de las naciones y de los pueblos sin los bancos!”, y en El Popular: “Hoy como ayer nuestra Ciudad es solicitada por los modernos emperadores. Celebrémoslo”. La decisión de elegir Cabra para abrir oficinas del Banco de España se debió tanto a la presión de los productores de aceite como, sobre todo, porque el entonces marqués de Cabra, Francisco Belda, era subgobernador de la entidad.

Como es bien conocido, se instaló en la calle Martín Belda, en el inmueble donde hoy se encuentra la Casa de la Cultura, que acoge la Biblioteca Municipal y el Museo Arqueológico. Muchos egabrenses recordarán cómo eran las instalaciones de aquel Banco, así como la presencia permanente de la Guardia Civil en el lugar. Cuando era niño, me impresionaba el acceso a la planta baja por la puerta giratoria en la que, a pesar de las ganas, no te atrevías a dar más de una vuelta, dada la presencia amenazante, al menos a mí me lo parecía, de los civiles. Cuando el Banco cerró sus puertas y el edificio pasó a propiedad municipal, en el patio de columnas de esa planta estuvo instalada la biblioteca, y desde entonces siempre he pensado que ese era su lugar, que nunca debía haber sido desplazada, dado que el acceso era muy cómodo y porque la biblioteca ha sido, y es, el espacio cultural más utilizado del municipio.

Pero con el paso del tiempo se tomaron otras decisiones, allí se encuentra hoy día el Museo Arqueológico, que goza de cierta tradición en nuestra ciudad, y que se ha visto sometido a diferentes remodelaciones. No es este el momento para tratar la cuestión de los museos en diferentes pueblos y ciudades, ni tampoco la proliferación de los de carácter arqueológico (excesivos desde mi punto de vista), pero sería bueno en este caso concreto hacer recuento de las inversiones realizadas en dicho lugar y determinar hasta qué punto se ha obtenido rentabilidad de las mismas, y no me refiero a lo económico sino a lo cultural. Recordemos, por otra parte, que en los años finales del pasado siglo se llevó a cabo una inversión importante para conservar los mosaicos de la villa del Mitra, uno de los cuales se instaló en la zona central del patio, y ahora aquello ya no sirve, el resultado de aquel gasto procedente del bolsillo de todos los ciudadanos se ha suprimido en función de ignoro qué criterios.

Tras una nueva remodelación, el Museo Arqueológico de Cabra abrirá sus puertas el próximo día 28, según he leído en este diario. Lo de “abrir las puertas” es literal, porque ya no volveremos a entrar por la puerta giratoria. Ha desaparecido. Uno de los símbolos de esa casa ya no está. ¿Era necesario por criterios museológicos? Me atrevo a afirmar que no; es más, entiendo que acceder por la antigua puerta proporcionaba encanto, interés y emoción a la entrada en el recinto, todo ello sin contar con el valor sentimental que tenía para los egabrenses. Me sorprende que en un espacio destinado a la conservación del patrimonio se haya eliminado ese elemento. Supongo que se encontrará en alguna dependencia municipal, quizás en proceso de deterioro, por ello no estaría de más que el próximo día 28 pidamos que la puerta vuelva a su lugar, o cuando menos que no se pierda. También sería lógico que hubiera explicaciones acerca de a quién le cabe la responsabilidad de esa decisión, a todas luces incomprensible. Sobre el resto del Museo, aún no puedo opinar. Lo que sí cabría esperar es que a partir de ahora tenga un horario regular para su visita, aunque solo sea por demostrar a nuestros visitantes que en Cabra hubo otros dioses y que contamos en nuestro pasado con mucho más que la mitología cristiana que nos inunda.

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