Ojalá estas líneas sirvan para enconar solución.
Hoy quiero poner en conocimiento, no solo a los residentes de la zona, sino también a los ciudadanos comunitarios y a todos aquellos que les interese el tema, cómo funciona la administración del ayuntamiento cordobés, en la sección del alumbrado público, que como poco es una flagrante desidia administrativa, una dejación de sus funciones, una mayúscula incompetencia, un echarse la pelota de unos a otros, queriéndose librar de cualquier responsabilidad por si ocurriese algún contratiempo más o menos grave.
El caso es el siguiente: Llevando más de un mes una zona de la avenida San José de Calasanz completamente a oscuras y habiendo sido comunicado el hecho al departamento del alumbrado correspondiente del ayuntamiento por tres veces, en diferentes tiempos, la contestación recibida fue: La primera vez dijeron que “ya estaba en conocimiento de los técnicos, la segunda que ya tenían conocimiento y la tercera que habían puesto una denuncia a una empresa privada que al realizar unas obras en la calzada, habían cortado un cable y tenían que ser ellos los que lo arreglaran”. Es decir, que unos por otros la casa sin barrer, una forma muy sui géneris de quitarse el mochuelo de encima. O sea, que aunque los contribuyentes paguemos religiosamente los impuestos municipales, tenemos que soportar la ineptitud e irresponsabilidad de la administración pública, acostumbrada a echar balones fuera y no facilitar la convivencia social.
Creo yo y es fácil de pensar, que lo lógico sería que solucionasen el problema lo antes posible los técnicos del ayuntamiento y que pasasen la factura a la empresa correspondiente privada. Eso es un litigio a solventar entre ellos y los ciudadanos no debemos sufrir los desajustes entre el ayuntamiento y empresas privadas, debiendo responsabilizarse de los contratiempos posibles que puedan surgir.
Cuando hay luna nueva no se ve absolutamente nada, más de una persona ha dado algún tropezón que otro, afortunadamente sin consecuencias aparentes. No esperemos a que haya una fractura ósea, un robo, un atropello o cualquier percance sin solución.