Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Europa ignora a Robert Schuman

El 9 de mayo de 1950 tuvo lugar la Declaración de Schuman mediante la cual el por entonces ministro de Asuntos Exteriores de Francia impulsaba la creación de la CECA (Comunidad Europea del Carbón y del Acero) con el objetivo de conseguir primero la unidad económica y a posteriori, la unidad política entre los países de Europa. Tras dicho acontecimiento, se han sucedido numerosos tratados y convenios hasta llegar al Tratado de Maastricht de 1992 que modificado por el Tratado de Lisboa del año 2007 configuran la actual Unión Europea.

Pero si bien es cierto que las autoridades de los Estados-Nación europeos tomaron en consideración el espíritu de Robert Schuman que se vio materializado con la creación de la Unión Europea e incluso con el surgimiento de la Unión Económica y Monetaria, no es menos cierto que la ciudadanía de estos Estados desconozca el funcionamiento de sus instituciones. Ahora bien, ¿cómo se explica este analfabetismo europeo?

En primer lugar, si centramos la atención en el análisis realizado por los diferentes politólogos, sociólogos o medios de comunicación acerca de las encuestas al Parlamento Europeo podemos observar cómo su estudio se centra en la disputa del bipartidismo español y sus posibles repercusiones en unas elecciones generales. Pero si bien, este hecho es susceptible de ser enmarcado en el ámbito de la Ciencia Política y el Periodismo, no podemos obviar que su aportación al electorado que se enfrenta a unas elecciones europeas como las del próximo 9 de junio, en términos electorales sea prácticamente nula. Y es que como bien es sabido y así han demostrado numerosas encuestas, la participación e interés de la ciudadanía europea en estas elecciones es francamente inferior a la que demuestran en las elecciones nacionales de sus respectivos países, algo que obedece al desconocimiento sobre qué supone la Unión Europea en sí misma considerada y el funcionamiento de las instituciones que la integran.

Por otro lado, importantes factores como la corrupción, el populismo, la escenificación y el espectáculo político que están en auge en los últimos años, contribuyen al desinterés de la población en la política y especialmente en estos comicios.

Sin embargo, frente a este conjunto de factores encontramos el eurobarómetro sobre Juventud y Democracia dirigido a jóvenes europeos entre los 15 y los 30 años, según el cual el 64% de los jóvenes europeos acudirán a las urnas el próximo 9 de junio. Tal vez con la visualización de estos datos podríamos hablar de un cambio de tendencia en la participación del electorado en las elecciones europeas, pero ¿a qué se debe realmente?

En los últimos años importantes activistas como Francisco Vera o Greta Thunberg han influenciado en la preocupación de los jóvenes por el cambio climático y se han acaecido otros hechos como la guerra entre Rusia y Ucrania o la pandemia del COVID-19, acontecimientos en los que la propia Unión Europea ha jugado un papel protagonista.

No obstante, y para desgracia del fundamento defendido por el propio Schuman y materializado por el Tratado de Maastricht, a pesar de los jóvenes preocupados por los asuntos expuestos, el aumento de la participación en estas elecciones se deba al argumento expuesto con anterioridad y es que si hace unos años podía ser argumento para defender la baja participación, el populismo de la extrema derecha hoy gana en Europa. Con esta realidad que reflejan las distintas encuestas, podemos afirmar que la ciudadanía europea aún vive en el analfabetismo europeo, es decir, totalmente alejada del fundamento de la CECA y sobre todo de la Unión Económica y Monetaria.

En conclusión, el auge de la extrema derecha no concuerda con los principios de esta organización supranacional los cuales encontramos implícitos en las palabras que en su día pronunciara la excanciller alemana Angela Merkel (y que hoy convendría que recordara a su compañera de partido Úrsula Von der Leyen): “La Unión Europea es nuestra respuesta a la globalización. Solo juntos podemos garantizar seguridad, bienestar y paz en Europa”, palabras que solo basta visualizar las propuestas de la extrema derecha europea para darnos cuenta de que se encuentran en las antípodas de esta ideología.