Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Flores y tumbas

María de la Sierra Molina Osuna

Hoy, primero de noviembre, un año más, casi todas las personas que quieran llevar unas sencillas flores al lugar donde reposan los restos de sus seres queridos fallecidos podrán hacerlo con absoluta normalidad. Lamentablemente no todos podrán llevar esas flores. Los familiares de los 150.000 desaparecidos en fosas clandestinas, no podrá hacerlo.

España arrastra el pesado lastre de su historia más reciente mientras los restos de muchos de sus hijos e hijas continúan enterrados en fosas clandestinas y en las cunetas de la geografía hispana. Numerosas heridas continúan todavía sin cerrar y se convierten en un obstáculo que dificulta la reconciliación entre todos los españoles y de estos con su historia. En Cabra, mi ciudad natal, conozco personalmente a egabrenses cuyos padres "reposan" en alguna cuneta del término municipal y que todavía continúan esperando que se haga justicia con sus padres. No  hablamos de varias generaciones atrás, sino de hijos que todavía siguen llorando la muerte de sus progenitores y que no tienen el derecho elemental a llorar sobre su tumba, sencillamente porque no saben donde hacerlo. Hablo de Cabra, mi querido pueblo, pero también podría hacerlo de cualquier parte de España, porque ningún rincón de nuestro país fue ajeno a la barbarie. Se escribió la historia de los vencedores, se recuperaron los restos de los combatientes del bando nacional, pero se condenó al ostracismo a los caídos del bando republicano (aquellos cuyo único delito fue el de defender la legalidad vigente o, simplemente, la de vivir en territorio que permaneció bajo el control del gobierno constitucional) y a todos aquellos que, incluso después de finalizar la guerra, sufrieron la represión y la ignominia de la muerte. Nunca es tarde para hacer Justicia, con mayúsculas, nunca es tarde para reparar viejos errores y, por supuesto, nunca es tarde para que asumamos nuestra historia, con sus luces y sus sombras. Mientras haya un solo español cuyos restos permanezcan vilmente enterrados en un lugar desconocido, mientras haya un solo español que no sepa donde reposan los restos de sus seres queridos, mientras siga habiendo alguien que desconozca el lugar donde depositar esas flores que honren la memoria de sus familiares, España no se habrá reconciliado con su pasado. Reclamo Justicia para aquellos que no pueden hacerlo y denuncio públicamente esa actitud cobarde, lamentablemente tan de moda últimamente,  de ocultar nuestro verdadero pasado, esa postura vergonzosa de reescribir la historia al modo de los vencedores, porque la dignidad de las personas está por encima de los ideales. Hoy, 1 de noviembre, reclamo y exijo que TODOS los muertos puedan descansar en paz.

 

María de la Sierra Molina Osuna 

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