Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Pablo Casado no lee a Antonio Machado

En 2016 escribí sobre el disparate de miembros de Podemos que igualaron, nada más y nada menos, que al comprometido poeta Miguel Hernández con el violento sindicalista Andrés Bódalo; el primero, condenado por el fascismo debido a su republicanismo e ideología; el segundo, Bódalo, condenado por golpear a un concejal en un régimen democrático. Lo de «tristes armas si no son las palabras» Bódalo no lo había leído ni comprendido en su vida. Quién diría que este tipo tendría algo en común con Pablo Casado, el líder del PP, que parece que tampoco haya leído ni haya entendido a Antonio Machado, cuando en la memoria del octogésimo (80º) aniversario de su fallecimiento, no tuvo otra ocurrencia que tuitear lo siguiente:

Hoy que recordamos a #AntonioMachado, es un buen día para felicitarnos todos los españoles por la maravillosa lengua que compartimos con millones de hablantes en todo el mundo. El poeta y su poesía siguen siendo una de las cumbres de nuestro idioma.

El modo en que murió Antonio Machado nunca debe ser motivo para felicitarnos por nada, ni siquiera por nuestra maravillosa lengua (que lo es). Precisamente, el poeta sevillano tuvo que abandonar España para huir de tipos como el líder del PP, que no duda en buscar la confrontación política y no respeta al rival, que confunde con el enemigo. No entiendo con qué intención se puede recordar a Antonio Machado y semanas después anunciar una propuesta que suena a racista desde antes de pronunciarla: aplazar la expulsión de madres inmigrantes que den sus hijos en adopción al dar a luz; es decir, no solamente matiza que haya seres humanos que pierden sus derechos (la madre y el recién nacido, por consiguiente), sino también que no le tiembla la voz al avisar de una separación convenida de una madre biológica y su hijo, porque tienen la mala fortuna de ser inmigrantes. Me imagino la situación: o vives aquí sin tu hijo o te marchas con él… Menudo desprecio a todo lo conseguido en el siglo XX. Menudo desprecio al ideario de Machado.

Por lo tanto, Pablo Casado ignora que «el poeta y la poesía siguen siendo una de las cumbres de nuestro idioma» porque quienes han leído al poeta y su poesía los hacen suyos. No por mucho decirlo se acaba creyendo. Si Casado hubiera leído, y comprendido, y hecho suyo, a Machado, reflexionaría (que es algo de lo que se carece en el panorama político actual) y se tatuaría como emblema:

Busca a tu complementario,
que marcha siempre contigo,
y suele ser tu contrario.