Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

La plaza de Salvador Espriu. Reflexiones desde la muralla

En Barcelona, la plaza de Salvador Espriu está llena de hogueras por los revoltosos hijos de catalanes enfurecidos. ¿Conocerán, habrán oído alguna vez hablar de este autor mágico y de sentido compromiso con su libertad y su patria?

Los independentistas catalanes fanatizados queman su rica e envidiable cultura. La razón existencial de un pueblo laborioso y moderno. Me levanto temprano y mientras el ordenador toma vida me pregunto ¿Cómo estará hoy el mercado de la mentira en esta sociedad de coge el dinero y corre, sexo a todo trapo y medios de información según las consignas de los distintos poderes establecidos, seguros de que la calle es suya y no del difunto Fraga de pelos en el pecho y vozarrón estridente? ¡Oh!, como sería la soberbia de tan patriota personaje en la actualidad con el traslado de su Caudillo al reposo eterno fuera de El valle de los caídos de tantos inocentes.

En Barcelona, la plaza de Salvador Espriu está llena de hogueras por los revoltosos hijos de catalanes enfurecidos. ¿Conocerán, habrán oído alguna vez hablar de este autor mágico y de sentido compromiso con su libertad y su patria? Puede que se deba a que no lo han leído. De lo contrario hubiesen gritado: “Aquí no, este espacio debe ser sagrado, lleva el nombre de nuestro gran poeta. Su sentido y conmovedor canto:

Llama

En círculo, noche, observan
reciente silencio, mármol
en triunfo, apagada
boca rebelde. ¿Qué ritmo
extraño de metales, por árido
reino, te conduce
a un desnudo combate? Presiento
cómo se convierte en difícil,
perverso, príncipe de muertas
flores cenicientas, palabras.

Salvador Espriu i Castelló (Santa Coloma de Farners, Gerona; 10 de julio de 1913-Barcelona; 22 de febrero de 1985), dramaturgo y novelista español que escribía en lengua catalana. Él nos recuerda con serenidad y firmeza como “Al iniciarse la guerra civil, yo me sentía republicano y partidario del concepto de una España federal. Por tanto, no deseaba entonces, ni deseo ahora, el enfrentamiento sino la concordia. Sufrí mucho, espiritualmente, porque sufrí por ambos bandos”.

Lluvia

De ninguna parte llega. ¿Partir?
No existe la mágica palabra que rompa
esta costumbre del ojo, este silencio
sonoro de dardos. La primavera, el lujo
de los años y de la luz, se perdía ahora
en el camino vencido. Las esperanzas
han muerto a tiempo. De nuevo,
todo es perfecto
a lo largo del vacío: la lenta lluvia
no va a parte alguna.

Rafael de Cózar poeta deslumbrador y sorprendente, además amigo de esos que cabalgan juntos por las llanuras y rocosas, murió aferrado con un apagador de fuegos malignos en la mano, intentando salvar su inmensa biblioteca. Tenía todos sus miles de libros y archivos metidos en Internet, Y sin embargo murió con las botas puestas intentando salvar la dignidad de la palabra bien escrita. El pulso de los recuerdos los mantienen vivos.

Cogidos del brazo caminan cuidadosos, ella aprieta sobre su costado el bolso, él parece contemplar los cielos ya perdidos. Aprieta el brazo de ella y le pregunta como un susurro: ¿Te acuerdas de…?