SANIDAD. La Unidad de Gestión Clínica de Cirugía Pediátrica del Hospital Universitario Reina Sofía ha aplicado con éxito una novedosa técnica a un bebé de 8 meses que presentaba una fístula traqueosofágica (conexión entre el esófago y la tráquea) recurrente, como consecuencia de su malformación congénita. Se trata de la primera vez que se ha desarrollado con éxito esta técnica en España a un paciente pediátrico según la bibliografía científica consultada, si bien, existe constancia de otros pocos casos en el mundo con esta misma patología.
La paciente, que a sus dos años desarrolla una vida completamente normal, nació de forma prematura en abril de 2016 con atresia de esófago, una malformación congénita que consiste en la falta de continuidad en el esófago; es decir, el esófago está dividido en dos partes y sin comunicación, lo que imposibilita que el bebé pueda comer e incluso deglutir su propia saliva. Además, uno de estas dos partes del esófago está comunicado con la tráquea. La prevalencia de esta enfermedad es de uno de cada 3.500 casos nacidos, por lo que es considerada una enfermedad rara. Al nacimiento, fue operada para conectar ambas partes y pasó 42 días en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales hasta que se recuperó.
Una vez superada esta primera etapa, a los ocho meses sufrió una recidiva de la fístula traqueosofágica, es decir, se abrió, por lo que la comida que pasa por el esófago hasta el estómago podía pasar a la tráquea y a través de ésta a los pulmones. Se trata de una circunstancia muy grave que sucede en hasta el 20% de los niños intervenidos al nacimiento y que comúnmente necesita de más intervenciones para cerrarla.
Precisamente, en este momento es cuando los profesionales del hospital deciden desarrollar la nueva técnica que consiste en aplicar un ácido por vía endoscópica en la zona exacta en la que se había reproducido la fístula. La decisión de realizar esta técnica denominada ‘Esclerosis de fístula traqueoesofágica por vía endoscópica con ácido tricloroacético’ fue tomada por un equipo multidisciplinar de profesionales de las áreas de Cirugía Pediátrica, Pediatría, Neonatología, Neumología y Farmacia.
La alternativa hasta el momento al uso de esta técnica hubiera sido realizar una reoperación a través de la cavidad torácica, lo que conlleva mayor agresión quirúrgica y mayor riesgo de complicaciones para la paciente. Según explica el cirujano pediátrico José Ignacio Garrido, “en el hospital registramos una media de 5 pacientes al año con diagnóstico de atresia de esófago con fístula, una seria patología congénita que desafía la labor de cirujanos y neonatólogos, entre otros profesionales, para alcanzar las máximas tasas de supervivencia y de calidad de vida de estos pequeños. Pero si aparecen complicaciones como la recidiva o recurrencia de la comunicación traqueoesofágica nos vemos obligados a realizar segundas o terceras cirugías torácicas muy comprometidas, de ahí la importancia de poder desarrollar técnicas endoscópicas como ésta, con buenos resultados”. Desde el caso de este bebé el hospital ha desarrollado otras tres intervenciones similares.