Los últimos trabajos se vienen concentrando junto a la curia cuya planta se ha enriquecido al documentarse el aprovechamiento de varios espacios localizados al norte del aula y al oeste, detrás del nicho absidado donde estuvo muy probablemente una escultura dedicada al Genio de la colonia. Se trata de tres piezas que resultan de un gran interés arqueológico, según informa el arqueólogo municipal José Antonio Morena. En primer lugar, hay que mencionar una lápida de mármol que contiene una inscripción en la que figura el nombre de un ciudadano romano que desempeño, en varias ocasiones, el cargo de sacerdote de la Dea Salus; este personaje se llamaba Lucius Cornelius Campanus del que no se tiene ninguna otra referencia. El profesor de la UCO Ángel Ventura indica que la placa conmemoraba la construcción de un edificio o un grupo escultórico en la zona del foro y que fue costeado por esta persona en el 2º cuarto del siglo I d.C. en base a la paleografía. El cargo resulta bastante inusual porque es más propio de mujeres que de hombres; tan sólo se conoce otro sacerdos salutis en la ciudad de Pérgamo (en Asia Menor, la actual Turquía).
Otra pieza singular es una máscara facial perteneciente a un casco de bronce; a pesar de que está muy fragmentada puede interpretarse como parte de un casco gladiatorio, lo que la convierte en algo excepcional por la rareza de este tipo de armas en todo el imperio, como ha informado el profesor Fernando Quesada de la Universidad Autónoma de Madrid, especialista en armamento antiguo. Es probable que perteneciera a un casco de gladiador, del tipo murmillo, caracterizado por la alta cresta de su casco que tenía una forma similar a un pez; además, portaba unos ropajes de tela, cinturón ancho, una greba en su pierna izquierda y un protector en su brazo derecho. Estaba armado con el gladius romano (arma a la que los gladiadores deben su denominación), y también llevaba el escudo rectangular y curvo típico de los legionarios romanos. La presencia de este casco no implica necesariamente la existencia de un anfiteatro (edificio donde tenían lugar las luchas de gladiadores) en la ciudad romana de Torreparedones (colonia Ituci Virtu Iulia); en cualquier caso, estas luchas gladiatorias pudieron celebrarse en el mismo foro como se hacía en la misma Roma.
Finalmente, hay que citar también el hallazgo de un conjunto numismático compuesto por siete piezas (1 as de bronce y 6 dupondios de oricalco) que tienen de excepcional el hecho de que todas fueron acuñadas durante el reinado de Nerón, y más concretamente, entre los años 66-67 d.C. en la ceca de Lugdunum (Lyon, Francia) y que se conocen pocos conjuntos homogéneos de moneda de bronce de Nerón, como ha señalado el profesor Joaquín de la Hoz de la Universidad de Sevilla. Estas monedas que presentan un estado de conservación impecable, a flor de cuño, formarían parte de una importante remesa de dinero enviada por la administración imperial a la ciudad de Ituci en el año 67 d.C. y quedó allí sin gastarse, posiblemente por la damnatio memoriae decretada a Nerón que murió al año siguiente y que tras la guerra civil del 69 d.C. acabaría con la llegada al poder de Vespasiano instaurando la dinastía Flavia.
La alcaldesa de Baena María Jesús Serrano ha comentado que estos descubrimientos confirman la importancia de Torreparedones que está alcanzando una gran notoriedad en el mundo científico y que, además, los trabajos de excavación están ofreciendo puestos de trabajos para personas necesitadas del municipio en estos momentos de crisis. Todas estas nuevas piezas pasaran a formar parte de los fondos del Museo Histórico- Arqueológico Municipal de Baena que se está viendo enriquecido de manera notable por los descubrimientos realizados en el parque arqueológico de Torreparedones.
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