Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Carrera por el poder

Indiscutiblemente ya estamos en precampaña electoral, alguien podrá pensar que vaya descubrimiento, puesto que habrá observado que así llevamos ya mucho tiempo, y es verdad, pero se intensifica en estos momentos de manera clara e inequívoca en el ámbito local y autonómico. El poder, qué tendrá el poder que todos los políticos lo ansían y muchos con desmesura, y no es que el servicio público atraiga tanto como nos cuentan, debe de haber otros entresijos en la rebotica que no llegamos a entender los que no estamos en ningún partido ni somos candidatos a gobernar en ningún sitio.

Se habla de la erótica del poder, no sé exactamente si eso hace referencia a lo que practica Berlusconi, los líos de John Major o a lo de Bill Clinton en el despacho oral, perdón, oval. O a lo mejor se refiere a la experiencia erótica de quienes disfrutan con la sumisión de los otros o de las otras, llegando al sadismo en casos determinados. Resulta gracioso pensar en los políticos y en las políticas vestidos con ropa de cuero negro y ataviados con látigos, esposas, cadenas y objetos punzantes, todo para sentir ese placer tan peculiar.

Hagamos una adivinanza: ¿qué Marx dijo la siguiente sentencia? “El poder político es simplemente el poder organizado de una clase para oprimir a otra”, ¿Carlos o Groucho? Bueno, lo he puesto fácil con eso de la clase social. ¿Y esta otra? “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”, indudablemente esta carga de ironía no puede ser del filósofo alemán y sí del ingenioso Groucho. Fuera de toda adivinanza, lo que es cierto es que ambas frases son deprimentes si de política hablamos, y no digamos si hablamos de poder político.

Pero no sería justo que sólo viéramos la parte oscura. Alguien tiene que ostentar el poder, digo yo, porque la anarquía ya pasó a la historia y no tengo yo muy claro eso de que el poder resida en el Pueblo, así que la presidencia debe ser la que de cara al gran poderío. Lo que sí puede el Pueblo es cambiar de cara de vez en cuando, de ahí que la democracia sea lo que se suele denominar el menos malo de los sistemas de gobierno. Al lado de los presidentes también hay mandamases con poder, y presidentes hay desde el del gobierno central hasta el de una comunidad de vecinos, y ejercer el cargo no es del agrado de mucha gente, así pues, es de agradecer a las personas que voluntariamente se prestan a participar como candidatos que lo hagan, y sé que no son pocas las que lo hacen de buena fe y sin expectativas personales. Lo que también es cierto es que no todos ellos terminan su etapa manteniendo los mismos principios, se degeneran por el camino y se ven subyugados por el misterioso halo del poder.

Ahora empiezan a mostrar “claramente” sus cartas al electorado, nos lloverán las promesas y cada cual nos querrá convencer de que su partido y los candidatos del mismo son los únicos capaces de satisfacer nuestras demandas, sobre todo porque los demás son un desastre. Cada uno arrimará el ascua a su sardina y no hará autocrítica delante del posible votante, algunos no la hacen nunca, también hay que decirlo. Nos pondrán sus mejores sonrisas y se preocuparán por lo que a nosotros nos preocupa, al menos lo harán mientras dura el tiempo atrás hasta las elecciones. Nos repartirán detallitos con sus logotipos, nos ensuciarán las calles con sus carteles y pancartas, ofrecerán cerveza gratis en los mítines para atraer clientela y nos aburrirán con sus musiquitas sonando por las calles. Globos y algarabía para el fin de fiesta. Pero todo eso será en la campaña, no sabemos si la crisis le afectará en algo, espero que sí, aunque yo me quedo con esta precampaña, donde las ingeniosas indirectas van directas al rostro del rival, donde se empiezan a tomar posiciones y se notan los nervios previos al pistoletazo de salida. Salen artículos y articulistas que no se cortan lo más mínimo en posicionarse, de esos, muchos son militantes y otros como si lo fueran, y calientan motores para que todo esté a punto con el ánimo de que el poder, como la lotería, caiga bien repartido y el pellizquito también les llegue de alguna forma, el billete ya está comprado. Es el momento de estudiar bien la memoria final de la legislatura y de hacer la lectura que a cada uno le convenga de cara a mostrarla en la campaña. Los estrategas se concentran, discurren e intentan no mostrar su nerviosismo en público, empiezan a sacar a los dóberman para intimidar y a sus espías para tener la mayor información, porque la información es poder y alcanzar el poder es el fin de esta precampaña.

 

 

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