Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

La lectura, manantial que no cesa

“La televisión es muy comunicativa, cuanto que la enciendo me paso a otro cuarto y me pongo a leer un libro”

Groucho Marx

En la antigüedad los libros eran minoritario tesoro codiciado, formaban parte de objetos de culto ligados  al poder y sólo podían usarlos quienes estaban autorizados. El cambio radical se produce entre los siglos XVIII y XIX. Alberto Manguel  escritor e infatigable investigador de la historia y el mundo maravilloso del libro, asegura que “En el futuro, leer será no sólo un acto de rebeldía sino también un acto de supervivencia. Si como lectores nos resignamos  a que nos impidan leer la buena literatura nos vamos a condenar a ser menos humanos”

El ejercicio de leer, significa la necesidad de percibir parte del transcurso de histórico de las civilizaciones de los pueblos, ha sido un verdadero desafío, una lucha, que ha sufrido persecuciones, jugarse la  vida, escapar cuando ha sido posible, antes de ser condenados a la hoguera. Toda una larga epopeya  entre el bien y el mal, un pulso hacia  ese espacio  vital, libre, para  desarrollo de la humanidad. La historia nos muestra numerosos y trágicos ejemplos de los poderes absolutos, esas dictaduras que siempre han visto en el libro un enemigo. En que no se puede  olvidar el severo Índice, la feroz intransigencia  de las religiones  conservadoras.

No es correcto considerar la lectura simplemente  un delicioso espacio de distracción, aunque si es compañía agradable frente a la soledad, es escudo y protección de todos, no solo como placer para elegidos. El tener un libro entre las manos igualmente es acto  social para la mente una actitud a no anquilosarse ni retroceder, poder sentirse motivado para colaborar en  defender lo conseguido como alimento intelectual y social, esperanza por la que continuar reivindicando libertades y derechos  humanos, así como la preservación del legado cultural heredado. La defensa de la persona ante los peligros de una globalización manipulada y dirigida por intereses y beneficios concretos, premeditado programa de enajenación y mediocridad en la que pretenden enjaular la sociedad.

Hoy, una sociedad inmersa en Internet, ocio y consumo, vive bajo la más preocupante amenaza de ser envuelta por la manipulación por la acorazada potestad que poseen los grandes medios de comunicación capaces  de alienar a millones y millones de seres humanos, hasta sumirlos a la más ignorante y sumisa ignorancia, en  geografías desarrolladas donde la sociedad no vive bajo el terror del hambre, la miseria y la esclavitud, pero sí bajo la más sutil amenaza de ser mentalmente esclavizada. Son los nuevos métodos, con las mismas intenciones por parte del verdadero poder. Estamos ante una nueva Inquisición informática.

Se trata pues, de manera sencilla y didáctica, pero constante y transparente, despertad el interés por la lectura. Susurrar entonces, que ésta en toda la amplitud de la palabra, no teledirigida, no manipulada puede llenar vacío de la soledad, activar el ejercicio mental y del conocimiento con el que lograr ejercitar nuestros propios análisis, a la vez que ser inmejorable la compañía que proporciona el libro para adquirir personalidad y capacidad racional por encima de la manipulación diaria, que puede conducir a la total frustración hasta convertirse en un simple objeto del deseo en una sociedad amenazada de marginación perpetua. Debemos ser concientes que nuestra intimidad vive amenazada por una oferta mediocre y sibilinamente estudiada. Basta un ligero análisis para descubrir que se encuentra vacía de contenido y llena de trampas con las que confundir y explotar tanto la mente como el cuerpo. Contra tan grave peligro el mejor antídoto es la lectura: “el arma de guerra” más eficaz como señalaba el escritor francés Stendhal, el autor de Rojo y Negro, refiriéndose  a la gran obra escrita por Cervantes.
.
Hay quienes aseguran que fue Sevilla donde gestó su gran futuro de este genio de la literatura universal. De todos es conocido que en la popular calle Sierpes hispalense, estando en autor en la cárcel allí situada, por unas cuestiones tan oscuras como controvertidas, comenzó la escritura de su novela Don Quijote de la Mancha, una obra maestra que marcó las líneas de la novela moderna hacia una literatura sin fronteras, que revolucionaría el mundo de la narrativa iniciando el nacimiento de la novela moderna.

Pero ni el inmenso y siempre actualísimo Cervantes, como tantas otras ejemplares obras puede utilizarse como elemento complaciente y propagandístico para justificar que formamos un pueblo culto. Un pueblo sin una cultura sólida, jamás podrá lograr un verdadero progreso. Sé que esto suena a utopía, pero es una realidad que por mucho que se pretenda ocultar revistiéndola con la cultura de escaparate, de promesas populistas sin sentido ni base real, con la utilización pedante del orgullo de nuestro legado histórico, siempre quedarán al descubierto nuestras propias carencias manifiestamente alarmantes.

Añadir nuevo comentario

Plain text

  • No se permiten etiquetas HTML.
  • Las direcciones de las páginas web y las de correo se convierten en enlaces automáticamente.
  • Saltos automáticos de líneas y de párrafos.