Es preciso ser extremadamente claros en todos los medios disponibles si quieren alcanzar sus metas.
En la década de los 60 Cristina y los Stop cantaban una canción que decía “Tres cosas hay en la vida, salud, dinero y amor, el que tenga esas tres cosas que le de gracias a Dios”. Estas tres cosas son esenciales para el desarrollo normal de las personas. En el terreno individual, pensándolo bien, la salud es lo más importante porque teniéndola, se tiene empuje para hacer todo lo que uno se proponga. Dinero, importante para tener cubiertas las necesidades básicas y algún capricho que otro. Amor, fundamental para el ser humano que necesita amar y ser amado.
Si esto lo llevamos a la familia es evidente que las tres cosas son fundamentales para un buen desarrollo de la misma, en armonía. La salud no solo debe ser física, también debe ser moral, de respeto, de solidaridad, responsabilidad, comunicación, afán de superación, siendo el amor el hilo conductor para coser cualquier contratiempo que surja. En cuanto al dinero, con una buena administración se van resolviendo los problemas que a diario suceden, es decir, no mal gastar el dinero existente ni dar la zancada más larga que el calzón. Teniendo en cuenta que la familia es la célula fundamental de la sociedad, debemos protegerla e incrementar todas las medidas posibles en ayudas para todos sus componentes.
Cuando lo extrapolamos a la sociedad con sus gobiernos, ahí ya nos encontramos con la madre del cordero. Las personas encargadas de gestionar la administración pública, al hacerlo con dinero ajeno, la cosa cambia como la noche al día. Empecemos por orden. Salud, todos la tiene buenísima, cuentan con los mejores galenos y especialistas para cada caso, sin listas de esperas ni citas previas, todo al momento y con las mejores gasas y algodones. Dinero, manejar el monto de los presupuestos del estado debe ser una gozada, miles de millones de euros. Creo que si no eres un gran empresario que has ido viendo crecer tu empresa a base de esfuerzo, constancia y buena administración, es para volverse loco. ¡Miles de millones de euros en las manos de cualquiera!, ¡Uff!, si no tienes una buena base en economía, gestión, honradez y visión de futuro, pasa lo que pasa, vamos, lo que está pasando.
En el diccionario español el término “advenedizo” hace referente a la persona que llega a una posición que no le corresponde. En Argentina hay una frase equivalente pero que me gusta más porque lo hace, a mi modo de ver, más descriptivo y es, “piojo resucitado” que lo definen como persona de origen humilde que accedió a un ascenso social o económico repentino y presume o ufana ahora de ello. Los orígenes por muy humildes que sean, son todos muy respetables y si se tiene afán de superación para mejorar, muy loable también, pero el ascenso social y económico repentino y presumir jactándose del poder, eso ya es harina de otro costal. Me imagino a un ratón en lo alto de un gran queso burlándose de sus congéneres.
Son varios los piojos resucitados que últimamente nos gobiernan, y el que más se jacta de ello es, desgraciadamente, Pedro Sánchez, quien debería dar ejemplo de todo. Gasta sin freno dinero público en fines privados, vulnera y viola las normas o leyes de aviación haciendo uso y abuso de poder, es incapaz de sacar adelante los presupuestos del año próximo, haciendo valer los de M. Rajoy, hace concesiones millonarias a comunidades, partidos, asociaciones que luchan por la desintegración del país….etc, y todo ello con el único propósito de mantenerse el mayor tiempo posible en el sillón del poder porque tiene miedo de no salir elegido en las próximas elecciones. En cuanto al amor, lo demuestran sobradamente todos los partidos desde el PSOE a la izquierda colocando en la administración pública a dedo a familiares, amigos y amiguetes de carnet.
Todos ellos dan lecciones de austeridad ejemplarizante y buen hacer social pero a la vista está que cuando gobiernan dejan la economía como queso gruyer y a la sociedad hecha unos zorros. Por otra parte, la derecha cargada de complejos y tan pusilánime, cuando ha tenido oportunidad de hacer grandes cosas, favorables al bienestar social, se ha limitado a pequeñas dádivas para no ofender demasiado a la oposición y poder disfrutar más de los cargos ocupados.
Resumiendo, necesitamos un cambio radical, positivo y fuerte para hacer frente a tanta mediocridad, tanto amoral chupóptero y tragaldabas, tanto despilfarro económico, tanta dictadura de partidos, porque la democracia que tenemos es teórica, no práctica, ya que el que no cumple las reglas del juego que el partido impone, no juega.
Cuando se ostenta un cargo de responsabilidad y poder, se tiene que ser lo suficientemente claro, concreto y conciso para no dar lugar a error en sus declaraciones, sin demagogias ni ambigüedades. Teniendo en cuenta la idiosincrasia de cada autonomía, los representantes de los diversos partidos políticos deben ser lo suficientemente inteligentes para que sus programas sean lo más ajustados al sentido común y lo suficientemente hábiles y explícitos en las exposiciones de los mismos.
Teniendo en cuenta que en vez de defender sus ideas cada partido, embarran y tergiversan las ideas de los contrarios, es preciso ser extremadamente claros en todos los medios disponibles si quieren alcanzar sus metas.
En Andalucía tienen la oportunidad de consensuar entre tres partidos, a ver si de una vez por todas aprenden y dejan ese personalismo estúpido, ramplón, petulante y mediocre.