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Asaja alerta de que la prohibición de materias activas crea desequilibrios en los cultivos y emergen nuevas plagas

AGRICULTURA. La organización agraria Asaja Córdoba ha alertado de que la prohibición de materias activas crea desequilibrios en los cultivos y facilita que emerjan nuevas plagas que arruinan a los agricultores, por lo que insectos que antes no eran considerados como plagas importantes, ahora matan árboles y arrasan cosechas. Por ello, Asaja alerta del peligro de eliminar cada vez más materias activas y no conceder autorizaciones excepcionales.

La organización agraria lamenta que las administraciones siguen prohibiendo materias activas sin razones técnico-agronómicas y ya hay olivares en municipios que se quedan sin cosecha como es el caso de algunos pueblos de Jaén con la plaga del algodoncillo (Olea europea), que, de no poner remedio en breve, llegará al resto de provincias como así lo hizo anteriormente en los municipios del sur de Córdoba. Otro ejemplo también sucede con la plaga del barrillo del olivo (Hysteropterum grylloides). Dos plagas que “la administración, erróneamente, sigue considerando como secundarias”, afirma Asaja.

Y es que las únicas materias activas que quedan, además de no causar efecto sobre la plaga, como son pocas, crean resistencias en determinados insectos y se convierten en ineficaces. Estos insectos proliferan y pasan a considerarse plagas que causan graves destrozos. Es el caso de las arañas en almendros y maíz, algodoncillo y barrillo en olivar, el gusano cabezudo (Capnodis tenebrionis ) en almendros etc. para el que hace un año Asaja pidió autorización de un producto formulado a base de ‘metil clorpirifos’ y se denegó, por lo que “quizás la administración debiera responder a los daños causados si deniega materias activas para uso excepcional sin fundamentos agronómicos y técnicos”.

Por ello, para la organización, “habría que cambiar el modo de ver estas plagas” teniendo en cuenta que, en las bibliografías, el algodoncillo se sigue considerando plaga secundaria y prueba de ello es la publicación de la Red de Alerta Fitosanitaria de Andalucía (RAIF), que dice lo siguiente respecto a esta plaga que hoy en día deja sin cosechas los árboles:

Comienza a observarse en los brotes e inflorescencias la presencia de masa algodonosa producida por el algodoncillo (Euphyllura olivina). Esta es una plaga secundaria, y a pesar de su aspecto llamativo, no suele producir daños destacables. Fuente: Red de Alerta Fitosanitaria de Andalucía (RAIF) Publicación 21/03/23.

Sin embargo, la realidad es que hay olivareros afectados que ya no tendrán aceitunas porque el algodoncillo ha acabado con todos los brotes, apunta Asaja. 

Asimismo, en cuanto al barrillo del olivo (Hysteropterum grylloides), también se consideraba plaga secundaria, pero ahora con las normativas inflexibles de manejo de los suelos y la cada vez menos materias activas, dicha plaga ocasiona muertes de árboles en muchos municipios de Córdoba.

Sobre el barrillo (Hysteropterum grylloides), también afirma que No produce daños perceptibles directos, si bien puede causar abortos florales y lesiones en ramos jóvenes. Para considerarse algo problemático, tiene que colonizar gran parte de la corteza. Las ninfas se alimentan de plantas espontáneas durante la estación primaveral. Su repercusión es mínima en el cultivo y no supone ninguna incidencia fitosanitaria de la que debamos preocuparnos. Fuente RAIF.

La situación es que mientras el agricultor ve cómo se va la cosecha, los productos que anteriormente eran efectivos, como el ‘dimetoato’, ya no son interesantes para las multinacionales debido a que todas las casas comerciales tenían el registro y no podían cobrar por ello un precio rentable; sin embargo, “la administración debería excepcionalmente y en casos puntuales permitirlo para frenar plagas que sí son importantes, más aún cuando su uso está autorizado, por ejemplo, en Marruecos o Túnez, países productores de aceite que exportan a Europa”.

De este modo, Asaja ha instado a la Consejería de Agricultura y al ministerio para que sean conscientes del problema y autoricen fitosanitarios de forma urgente y de forma excepcional, como recientemente se ha solicitado que se autorice la ‘abamectina’ para el maíz. También se debería autorizar el ‘dimetoato’ o el ‘clorpirifos’, puntualmente y de forma excepcional en olivares con serios problemas, ya que “utilizados de forma excepcional solucionarían problemas porque, de no poner remedio, arruinarán a los agricultores mientras los agricultores de países vecinos no tienen este tipo de problemas”.