La Lupa

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Entrevista a la gran poeta Ana Blandiana

ENTREVISTA. El VI encuentro de poesía de la Asociación Cultural Poética de Puente Genil tuvo como invitada de honor a una de las voces más importantes de la literatura europea actual, Ana Blandiana, a quien hemos podido entrevistar para surdecordoba.com. Sirva esta línea para agradecer a Antonio Roa que haya contado conmigo. También un agradecimiento enorme a la traductora Viorica Patea.

Ana Blandiana (Timișoara, Rumanía, 1942) es una de las principales figuras literarias de Rumanía, con gran influencia en el panorama actual europeo. También es conocida su faceta política como crítica del régimen y de la censura comunistas, en especial en la Rumanía de Nicolae Ceaușescu. En 1964 publicó su primer libro Primera persona del plural (Persoana întâia plural), al que siguió algo más de una treintena de títulos en distintos géneros literarios, entre los que destacan los poemarios Octubre, noviembre, diciembre (Octombrie, noiembrie, decembrie; 1972), Estrella de presa (Stea de prada, 1985), El sol de después (Soarele de apoi, 2000), El reflujo de los sentidos (Refluxul sensurilor, 2004) y Mi patria A4 (Patria mea A4, 2010), y los libros de relatos Las cuatro estaciones (Cele patru anotimpuri, 1977) y Proyectos de pasado (Proiecte de trecut, 1982). Posee las distinciones de la Chévalier de la Légion d'Honneur de Francia (2009), el Premio Herder (1982), el Premio Poeta Europeo de la Libertad (2016) y el Premio Internacional de Literatura Vilenica (2002), el Premio Internacional de Poesía Camaiore (2005), entre otros.

Manuel Guerrero.- «En un mundo donde se habla y se escribe tanto, el objetivo de la poesía se ha convertido en salvar el silencio», según sus palabras ¿el silencio también es poesía?

Ana Blandiana.- Diría que el silencio es un ideal para la poesía, un ideal que, como cualquier otro, no puede ser alcanzado, pero que existe mediante un camino hacia él y la ambición de la poesía es decir menos para sugerir más. El siguiente paso sería no decir nada para sugerirlo todo.

MGC.- En 2006 dijo que soñaba «una poesía sencilla, limpia y transparente […]. Una poesía donde las palabras se juntan obedeciendo órdenes misteriosas». ¿Ha cumplido este sueño?

AB.- Es cierto que sueño con escribir un poema que se parece a aquellos monasterios, como en Italia, cuyas paredes tienen pintados unos paisajes. En estos paisajes, desde distintos ángulos, se pueden vislumbrar figuras de santos; es decir, aspiro a una poesía que tiene distintos planos y la posibilidad de descubrir distintas profundidades y, en estas profundidades, vislumbrar algunas cosas que no se ven a primera vista. A la pregunta de si he podido realizar este ideal, no lo sé… Es un ideal. Espero que sí. Creo que a lo largo del tiempo la poesía que escribo es cada vez más austera, une menos palabras y metáforas. Más bien se concentra en una metáfora que es el esqueleto del poema y no un adorno.

MGC.- Usted ha sufrido la censura de un régimen comunista («cada frase publicada significaba una victoria», llegó a decir) y dijo que su mayor miedo es la autocensura y, por consiguiente, lo políticamente correcto. ¿En libertad la palabra de una escritora, de un escritor, puede perder su valor?

AB.- Me parece que es triste que gente que siempre ha vivido en libertad inventen para sí y para otros una forma de censura. Hace algunos años, en Estados Unidos, unos americanos elaboraron en The New Yorker un listado de palabras y expresiones que no se debían utilizar. Ni la censura estalinista había creado algo así. Y con ese listado se sugería que la gente tenía que censurarse a sí misma. ¿Por qué? Lo consiente gente que no conoce el sufrimiento de vivir en un régimen de falta de libertad y que no se da cuenta de lo peligroso que es este invento que se propone.

MGC.- Le pido que cite algunos nombres importantes de la Literatura rumana para usted.

AB.- Los poetas que son unánimemente reconocidos en la poesía rumana: en el siglo XIX Mihai Eminescu, que es romántico; en el periodo de entreguerras Lucian Blaga, Tudor Arghezi y Ian Barbu, que son distintos entre sí, pero que se interesan por crear una poesía de esencia, que van más allá de las corrientes literarias. Después de la II Guerra Mundial, Nicolae Labiş, un gran poeta joven que murió a los 21 años en un accidente; también las poetas neo-modernistas Nichita Stanescu y Marin Sorescu. Cartarescu es un poeta más conocido por su prosa y sus novelas… Hay grandes poetas mujeres: Ileana Malancioiu, Nora Iuga, Marta Petreu… Rumanía es un país en el que se ha escrito siempre mucha poesía y en condiciones adversas, la última generación tienen entre 20 y 25 años y viven en un mundo difícil, en el que ser poeta significa condenarte a una vida de penuria y miseria; sin embargo, escriben bien y publican con muchos sacrificios, pagando ellos mismos sus propios libros. Puedo decir que Rumanía se distingue por su tradición y obstinación por escribir poesía. Hay un refrán que dice «El rumano ha nacido poeta», que tiene su origen en que hay una tradición de creación oral y popular muy importante.

MGC.-¿Qué aspectos de la cultura española le han llamado la atención?

AB.- No es necesario decir la admiración que siento por los clásicos de la literatura española. Respecto a los contemporáneos, muchos los he conocido por casualidad y no tengo derecho a opinar al no disponer de datos suficientes para ello, ya que no leo español y sólo los conozco a través de las traducciones.

MGC.- La revista Saigón y yo mismo somos de Lucena, donde se publicó la primera antología de su obra en español, un libro bilingüe titulado Cosecha de ángeles. La cules îngeri (Juan de Mairena y de Libros, 2007). ¿Conoció esta edición? ¿Qué opinión tiene de ella?

AB.- ¡Claro que sí! Este libro se ha publicado con ocasión de Cosmopoética, uno de los festivales de poesía más maravillosos en los que he participado. En aquel entonces, Córdoba aspiraba a ser capital europea, motivo por el que se organizaba este festival y se invertía mucho en cultura. Esta primera antología publicada por un hispanista y un poeta que no sabía rumano. Rafael Pisot era este hispanista que trabajaba en el Instituto Cervantes de Bucarest; primero fue lector en la Universidad de Iaşi y se enamoró de una mujer rumana que llegó a ser su mujer.

MOLECULE DE CALCIU

Să un mă grăbesc,
Să las timpul să treacă,
Fiecare secundă-n cădere
Erodează puţin
Suferinţa.
Să aştept.
Fiecare val ce se spage
Sapă în stânca
De care-s înlănţuit,
Fiecare fir de rugină
Subţiază lanţul.
Într-un mileniu, în două,
Stânca va fi nisip,
Fierul verigilor pulbere,
Oasele mele, molecule de calciu
Risipite în apă,
Suferinţa nimic.