ARQUEOLOGÍA. El pasado martes, el delegado de Cultura, Javier Vacas y el arqueólogo municipal, José Antonio Morena, presentaron en el salón de actos del Museo Histórico y Arqueológico de Baena el nuevo hallazgo obtenido en el Parque Arqueológico de Torreparedones, junto al centro de visitantes, en lo que parecían tres tumbas de la antigua necrópolis allí ubicada.
El delegado de Cultura, Javier Vacas, ha explicado que “como no podía ser de otra forma, este yacimiento nos sigue sorprendiendo cada día con nuevas piezas de antiguas civilizaciones. Recientemente y con motivo de unas remociones acometidas de forma totalmente clandestina, salieron a luz una serie de restos en los que se tenía cierto interés por la cercanía a la necrópolis, pero que se encontraban fuera del recinto municipal del yacimiento. Gracias a la intervención del arqueólogo municipal, José Antonio Morena, con la propiedad de estos terrenos, se ha podido llevar a cabo una excavación arqueológica para documentar estos restos, que parecían ser estructura de carácter funerario. Se puso en conocimiento de la delegación territorial, a través del arqueólogo Alejandro Ibáñez y se pidió la autorización para realizar una actividad arqueológica por parte de nuestro arqueólogo, autorizándose la misma el pasado 17 de septiembre. Dicha excavación, ha dado como fruto una serie de hallazgos de carácter funerario y exvotos, que ahora José Antonio Morena, explicará con más detalle. Debemos apostar por este patrimonio, no sólo desde el punto de vista arqueológico, si no también como difusión cultural y turística".
El trabajo ha sido plenamente satisfactorio, aunque como apuntalaba el arqueólogo municipal “si cabe corto en el tiempo y espacio”. Apenas se ha actuado en 3 zonas muy concretas de lo que fue esta gran necrópolis oriental de Torreparedones, en terrenos que se ubican fuera de los que el Ayuntamiento adquirió para el centro de visitantes. No obstante se ha dado la favorable circunstancia que tanto el dueño, como la delegación de Cultura han autorizado y permitido la excavación para este descubrimiento. Como ya se conocía, estas remociones furtivas han deteriorado los restos, algunas tumbas estaban destruidas y expoliadas de antiguo, pero otras lo están de reciente y se ha perdido alguna información. Aun así, en dos de los sectores hemos podido identificar dos enterramientos, y en el tercero, que pensábamos que podría ser una tercera tumba, ha resultado ser algo muy diferente.
Según ha puesto de manifiesto el arquitecto municipal, José Antonio Morena, “en la primera tumba hemos encontrado un sillar, con un rebaje hecho que incorporaba una urna de piedra, como la que solía haber en el mausoleo de los pompeyos. Esta no tiene nigua inscripción y le falta la tapadera, porque estaba prácticamente a la vista. La inscripción debía estar arriba, como se puede ver en cualquier cementerio. Sin embargo, al sacar el sillar, que lo hemos retirado, pudimos observar una pequeña fosa, donde estaba parte del ajuar de esta tumba. Se conserva un ungüentario de vidrio, que está partido pero se podrá restaurar, un cuenco de cerámica y una urna de cerámica pintada de tradición íbera. Gracias a esa forma, el ungüentario nos permite situar esto en el s. I d.C. entre Tiberio y Nerón aproximadamente”.
Morena, ha añadido que “en el otro sector, ha aparecido otra tumba, que en este caso es una tumba importante como las que ya se pueden ver en el centro de visitantes, pero que esta está construida con sillares enormes que se llaman opus cuadratum. Esto indica el poder adquisitivo que podría tener la familia que se enterró aquí. Faltaría un segundo cuerpo con una moldura y una repisa que se han perdido. Son muy importantes este tipo de hallazgos y toda la documentación que somos capaces de obtener a través de ellos”.
La sorpresa mayúscula, han sido unas piezas que han aparecido en lo que imaginábamos como una tercera tumba. Allí, se han encontrado una serie de exvotos de caballos, que se conocen en el mundo ibérico y que son indicios de que hubo un segundo santuario. Posiblemente en uso del que ya conocemos en a parte meridional de la ciudad. No hemos encontrado ninguna estructura asociada, si es que la hubo, ya que no en todos los lugares de culto de esta época había estructura. Estos animales, eran criaturas de prestigio, muy importantes tanto para el transporte como las labores agrícolas. De esta forma, al igual que las personas acudían a un lugar de culto donde se veneraba a una divinidad para protegernos de los males, allí parece estar dedicado al culto al caballo. Era un animal tan importante, que si se ponía malo, o no procreaba, se acudía a esta divinidad para pedir por el animal.
Como ha explicado el arqueólogo municipal, José Antonio Morena, “era un animal tan importante, que si se ponía malo, o no procreaba, se acudía a esta divinidad para pedir por el animal. Por tanto, podemos interpretar que si el santuario no está allí mismo, no estará muy lejos. Lo extraordinario de todo esto, es que no se conoce ninguna ciudad documentada que tuviera dos santuarios en uso al mismo tiempo. Es algo único en este momento”.
Actualmente, se encuentra tapado a la espera de continuar con la investigación. Las piezas encontradas ya se encuentra en proceso de catalogación, para su posterior exposición en el Museo Histórico y Arqueológico de Baena.