BAENA.    

Este fin de semana se ha inaugurado el fenómeno denominado “el milagro de la luz” en el Santuario del Parque Arqueológico de Torreparedones. Se trata de estudiar la hipótesis de si el betilo sagrado funcionaba como un calendario solar, ya que la orientación astronómica del Santuario, según José Antonio Morena, es Norte - Sur. Como explicó el arqueólogo municipal, con la apertura de un pequeño lucernario en el techo de la cella se observa que un rayo de luz ilumina el capitel del betilo en el solsticio de invierno, bajando progresivamente hasta el solsticio de verano, momento en que el astro sol apuntará a su base. Se trata de una línea del tiempo en la que pudieron reflejarse el cambio de estaciones y días festivos. José María Abril, catedrático de Física Aplicada de la Universidad de Sevilla, desveló las claves astronómicas que pudieron regir determinados cultos en este lugar ancestral.

Como explicó el sábado José Tarifa, el delegado de Cultura, gracias a José Antonio Morena, arqueólogo municipal y José María Abril, catedrático de Física Aplicada de la Universidad de Sevilla, “el milagro de la luz” se ha convertido en un “aliciente más para visitar el Yacimiento y el Santuario”.

José Antonio Morena coincide con que el Santuario “es el lugar más importante del Parque Arqueológico por su singularidad”. El fenómeno estudiado es una hipótesis, no está comprobado, pero teniendo en cuenta que este edificio tiene una orientación astronómica aproximada de Norte - Sur, abriendo un pequeño agujero en el techo de la cella ocurre el fenómeno del milagro de la luz. El betilo, objeto sagrado que se veneraba en el Santuario, pudo haber actuado como un calendario solar. El sábado se apreció este fenómeno con motivo del solsticio de invierno, pero se verá todos los días siempre y cuando no esté nublado.

José Antonio Morena explicó a los medios de comunicación que el betilo es una piedra sagrada venerada por los habitantes de la antigua Ituci. “Arqueológicamente sabemos que se hacían ciertos rituales con el agua”, que debió jugar un papel importante, “se quemaban perfumes y se hacían sacrificios de animales pequeños”. Por ello, Morena sostiene que “este ritual que ocurre todos los días cuando el sol apunta al betilo sagrado era un momento mágico que el sacerdote al cargo del Santuario tenía controlado en alguna manera”.

José María Abril, que destacó el enclave astronómico del Yacimiento, también sostiene que el sacerdote podía controlar este fenómeno para crear un ambiente de misticismo. Como explicó el catedrático de la Universidad de Sevilla, en el solsticio de invierno el rayo del sol incide en la parte alta de la columna. En los días que siguen el sol ganará altura y la zona iluminada se desplazará paulatinamente hacia abajo y se irá agrandando.

En el equinoccio de primavera el rayo del sol alumbrará el cordón de la columna y en el solsticio de verano estará en la base de la misma, momento en el que volverá a empezar el ciclo anual. “Disponer de este fenómeno ayuda a reflexionar sobre el significado de la astronomía y los componentes del ciclo solar en la vida y la religión de aquella época”.