Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Todo al 13, ¡no va más!

En la ruleta francesa el anuncio "¡No va más!" termina con las decisiones y especulativas elucubraciones de los jugadores. Tras él, todo queda fiado a la suerte y, si lo hay, al sistema que persigue ahormarla. En el año recién entrado en días, sobre el paño peninsular español, el principal actor de la política y la sociedad civil tendrá que hacer juego apostando obligatoriamente al nuevo año, al 13; manejando, para ello, nuevas estrategias y jugadas distintas a las poco afortunadas del 12.

Que un año es diferente a otro y cada uno tiene un devenir irretroactivo, son prístinos principios cronológicos a los que está inevitablemente sometido el Gobierno. Que en los doce meses pasados como administrador al obligado dictado de Europa, topándose con arcas y cajas vacías y viendo amenazados hasta los ahorros de la abuela; ha escrito un aciago relato social, de grafía emborronada, que sólo sus incondicionales lectores parecen entender. Un incompleto alegato de conjuradas promesas e incumplidas predicciones cifradas, que dejan irónicas sonrisas en sus oponentes y en los demás, un resabio de incredulidad y resignación.

Hoy quizás esté al tanto de que, perjudicado por un error de cálculo al valorar de manera reduccionista el desastre encontrado al principio de la legislatura, tuvo su primigenia equivocación en no prestablecer un plan de choque, de aplicación inmediata, que hubiese sujetado la siguiente continua degradación económica y el paulatino oscurecimiento de su propia aura inicial. En su lugar optó por el aplazamiento, por la abrasiva dilación, manteniendo una pródiga macroestructura administrativa pública, sin amoldarla al nuevo contexto; posiblemente porque le favorecía el estatus quo institucional conseguido en las urnas. Prefiriendo aventurar a que su sola imagen sería paliativa del descalabro Rodríguez Zapatero, un bálsamo de Fierabrás que reconduciría la debacle. Lo postrero es bien sabido, sorprendido y apremiado por el declive financiero ha ido asfixiando a la clase media española por etapas, con limitaciones económicas y sobrecargas impositivas. El presente, mirado al desnudo, obviadas las prospecciones puestas en entredicho, presenta una vista de conjunto aparentemente desmejorada. Por lo que su jugada en el 12, ha resultado en parte frustrada, disminuyendo su monto de popularidad y los haberes electorales precisos para la relección.

En la nueva añada, a la casilla 13, arriesga una importante cantidad del resto que le queda tras lo perdido en el envite al 12. Pero éste lance, no obstante, puede haberle servido para conocer la posta con la que ahora realmente cuenta. Y tampoco todo han sido mermas sin sentido. Porque posturas como, la disminución de la prima de riesgo y los intereses de la deuda pública, el sorteo del rescate en toda su crudeza remendando los jirones de la confianza internacional en España, la trampa saducea del costoso pero necesario saneamiento del fangal financiero español, la implementación de medidas de ahorro en el sector público, incluyendo la contención del desmesurado gasto de las Comunidades Autónomas; y, aunque largo me lo fiais, el acometimiento de la reforma de la Administración Local. Hacen que innegablemente su apuesta terminal, al 12, no resulte completamente extraviada.

Como estridentes perdidas, sin paliativos, por fallo de la técnica empleada, se anotan; en lugar primigenio, esa incontenida tragedia, convertida en cifra abstracta de millones de rostros concretos, que atiende a desempleo. Otra, el galopante caballo de batalla del control del déficit, trocado en caballo de Troya y exaltado como gran tótem al que idolatrar pese al sacrificio social que exige. Aun así, para el próximo año podría estar en torno al 6 por ciento y, esto, sin alivio de la exangüe economía. Por último, una deficiente política de comunicación explicativa, reducida en muchos episodios a la apelación argumental exculpatoria de la herencia recibida que, siendo rotundamente cierta, ya se va desgastando por el uso; y no evita el distanciamiento entre las posiciones oficiales del Gobierno y la percepción de la sociedad civil. Para ésta el año pasó entre indignación, impotencia, nostalgia por lo perdido, y generosos signos de solidaridad estertórea. Que no ocultan el inconformismo social en ebullición.

Sin remedio, inexorablemente, como tiempo fugaz que es, la ruleta anual ha comenzado a girar en enero. Y al final de sus giros, si el método diseñado por el Gobierno para la partida del año implementa renovadas estrategias, depuradas por la experiencia, podrá esquivar las pesimistas expectativas y conseguir una combinación ganadora, trocando el 13 en número de buena fortuna. De lo contrario, siempre habrá algo inmanente y es que, fuere como fuere, la banca siempre gana.

José Antonio Rodríguez

Licenciado en Derecho. Asesor Jurídico

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