Hace justo un mes que escribí mi último artículo aparecido en Sur de Córdoba, todo un mes, y en él dejé caer una postdata que hoy me gustaría recordar en este nuevo escrito:
Pd- Ojo que el confinamiento está haciendo mella en mucha gente y esto es muy peligroso, el tema se relaja y la gente pasa del buen rollito a me importa una mierda lo que digan. Los sanitarios advierten, los políticos quieren ir abriendo puertas, y al final veremos si la famosa curva otra vez va a subir y vamos a andar como los cangrejos.
Bueno, pues aquí estamos sumidos en la fase 1 o 2, yo qué sé ya, y con una sociedad totalmente crispada por asuntos que trascienden los sanitarios, que entiendo son en estos momentos los importantes. Pero no, la política vuelve a la escena y lo acapara todo, se hace la protagonista del drama asumiendo un papel que ahora no toca.
¿Dónde ha quedado el movimiento solidario de las ocho de la tarde y el ‘Resistiré’? Que yo sepa esto no se ha acabado y los sanitarios, sobre todo, siguen jugándose la vida a diario, pero ya no reciben aplausos porque el personal está en la calle disfrutando de la primavera y el buen tiempo, esperando turno para sentarse en la terraza de un bar. Ya no tienen que resistir porque ya salen de casa, ya van a tener fútbol para distraer sus penas y volcar en él sus miserias, ya … Por cierto, me cuentan que anoche hasta las cinco de la madrugada una terraza de Cabra albergaba gente en sus mesas.
El buen rollo solidario de entre todos vamos a poder con el coronavirus y el quédate en casa ya quedó en el olvido, ha desaparecido en un visto y no visto, ahora lo que priva es yo me protejo, o no, y tiro para adelante que esto está superado. Fue hace unos días cuando han decretado que la mascarilla es obligatoria llevarla, y en mi opinión es increíble que eso haya que hacerlo por ley, es decir, que si no lo haces te pueden sancionar, cuando es de un sentido común que apabulla. Pero la cuestión es que ese sentido no sensorial, sino racional, está ausente en mucha gente. Es la condición humana en su versión negativa.
Cierto es que el gobierno de Sánchez no ha ayudado a que esto se lleve mejor, el oscurantismo con los expertos que deciden ha servido para que la política, sobre todo de derechas y ultraderecha, haya sacado inconscientemente las cacerolas, o conscientes, del peligro que las aglomeraciones provocan si no se respetan las medidas de seguridad. Los nacionalistas no pierden ocasión para reivindicar que les han mermado autonomía y que ellos solitos se las hubieran apañado mejor. Casi nadie está contento con las fases, provocando tiranteces en las provincias peor paradas, o dicho de otra forma, paradas en el avance del desconfinamiento. También entre comunidades autónomas, sobre todo en las que tenían provincias en frenada.
Y Sánchez pide perdón por los errores cometidos, un gesto que le honra, sin duda, pero con gestos nada más no se contenta a una sociedad que ve lo que viene por delante como catastrófico, sobre todo para los más desfavorecidos.
Porque mientras unos ya no paran de pensar en ir a las segundas viviendas a pasar lo mejor posible el calorcito, entre playas y piscinas, otros hacen colas en comedores sociales y dispensadores de comida solidaria porque ya no les queda ni para comer, y bastantes de ellos pasan vergüenza. Vuelven las incongruencias que dejan la condición humana en un lugar mísero.
Por todos los sectores se piden ayudas y más ayudas, probablemente la mayoría sean justas, pero no todas, ojo, y la pregunta del millón es ¿de dónde van a salir todos esos dineros? E inmediatamente surgen las dudas, ¿de las pensiones? ¿del sueldo de los que trabajan para la Administración, funcionarios o laborales? ¿van a meterle mano a los que tienen un altísimo poder adquisitivo, o sea, a los ricos? ¿van a incluir a la Iglesia en el sufragio del dinero para paliar la crisis? ¿de la Sanidad ahora que se ha demostrado tan necesaria? ¿de la Educación tan maltrecha desde la Educación Infantil a la universitaria? ¿de los Servicios Sociales que tanto iban a cambiar con el gobierno bicéfalo? ¿qué actitud va a tomar Europa? ¿se va arreglar todo con la nueva Reforma Laboral firmada nada menos que con Bildu precisamente ahora? Y así podría seguir preguntándome cosas que ustedes seguro que también se preguntan. Ah, y esto sin que se nos venga encima un rebrote de la Covid-19 del que tanto se habla para el otoño.
Se acabó, sí, se acabó el buenrollismo general, otra vez cada uno a lo suyo, otra vez que el vecino se las apañe como pueda y no quiero saber de nada de él. Otra vez los políticos a seguir en su campaña electoral permanente…
Para acabar con buen sabor de boca, menos mal que en la parte positiva de la condición humana siguen en la brecha los que se han volcado para ayudar a quienes lo necesitaban, no por su trabajo, sino altruistamente recogiendo comida, así como los que han hecho inmensas y tórridas colas para donar sangre ante la demanda de la misma. También las muchas personas responsables que entienden que esto del coronavirus no se ha acabado y son respetuosas haciendo caso y respetando todo lo que se decreta.