Que somos seres crédulos por naturaleza no se muy bien si es un axioma, pero desde luego es algo muy común en nuestro comportamiento diario. Tendemos a creernos lo que leemos sin ni siquiera ponerlo un poquito en duda, y luego lo elevamos a verdad absoluta. Eso es cómodo, no lo voy a negar, pero no es sensato, no es razonable.
En nuestro mundo siempre se han entremetido falsedades entre los crédulos para que las lancen por ahí con un fin, en la mayoría de los casos, perverso. El listo que maquina esas acciones normalmente no es tan crédulo como la mayoría y sabe positivamente que su mentira alcanzará un nivel tan elevado que hasta él se puede sorprender.
En muchos momentos de nuestro día a día nos vemos alertados por noticias, sobre todo en las redes, no todas ciertas ni siquiera en parte, porque ya sabemos que hay medias verdades que son las peores mentiras. La sociedad actual, que se mueve tan rápido y con tanta información en nuestras manos, es un hervidero de mentiras, mezcladas, todo hay que decirlo, con verdades inapelables y verdades pueriles, todo en un totum revolutum que a muchos les es difícil cribar.
Qué inocentes somos, cambiemos la credulidad por la inocencia. Vemos programas de televisión que son puro espectáculo, lo que se suele llamar show, y nos creemos todo lo que nos muestran, siendo todo un montaje para el divertimento. Estoy pensando ahora mismo en el afamado Masterchef, donde horas de rodaje se montan en un programa de hora y media o dos horas, incluyéndole testimonios de los concursantes cuando estiman oportuno para darle ritmo y salsa al asunto. Lleva muchas temporadas y lo mismo concursan personas anónimas hasta que ahí entran, como gente famosa por alguna u otra razón, o niños, donde además bastantes han pasado por los campamentos que el mismo programa organiza y promociona, con lo que el nivel adquisitivo de sus familias suele ser bastante alto. Pero, ¿todo es cocinar y aprender a hacerlo? Evidentemente que no, quien da juego estará más tiempo en el programa que los o las sosas de turno, que aunque no cocinen mal, no dan espectáculo.
He leído que la presentadora Patricia Conde, aquella del entretenidísimo ‘Sé lo que hicisteis…’ ha largado por su boca las verdades del barquero sobre Masterchef, lo cual le puede costar hasta una demanda en los tribunales. Para que nos demos cuenta de lo inocentes o crédulos que somos si nos creemos lo que nos muestran en pantalla simplemente.
Comencé a ver otro programa de la 1, Dúos increíbles, más llevado por mi admiración hacia Víctor Manuel y Ana Belén que sabía que iban a intervenir. Lo cierto es que me chocó mucho que esta pareja tan alejada del amarillismo televisivo se hubiera prestado a participar y fue lo que me provocó querer conocer de qué iba. Vi también a Sole Giménez, y eso me inquietó más porque está en la línea de los anteriores. En fin, después de unos programas debo decir que no entiendo qué pintan ahí estos grandes artistas. A lo mejor necesitan el dinero, vaya usted a saber, pero desde luego el programa es también puro espectáculo para crédulos, porque la manipulación no me cabe la menor duda que existe. ¿Entretiene? Sí, pero que unas parejas sean mejores que otras porque el público asistente lo decida es de frívolo hasta la pura inocencia.
La televisión, que podría ser un medio fantástico para la ilustración de una sociedad cada vez más vacía, se ha convertido en una fábrica de chorradas, por eso, quizás, las series vistas en plataformas han ganado muchísimo terreno a la televisión abierta de contenidos, cuanto menos, discutibles. La caja tonta, desde que llegó a nuestras casas ha estado unida a la información y el entretenimiento, y siempre los telespectadores han pecado de crédulos ante programas míticos como puede ser el Un, dos, tres …, pero qué poco hemos avanzado en nuestra actitud ante ellos, porque no pasan de ser un espectáculo.
Y ya ven que solo he nombrado programas del canal público, porque muchas de las cosas que se ven, yo me niego, sobre todo en la 5, no es que sean para crédulos, es que es basura pura indigna de mostrarse en un medio de comunicación de masas. Pero tiene muchos espectadores, ¿por qué? Contéstense los que hayan entendido por dónde voy…