Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Por nuestros mayores

Vaya por delante mi profunda tristeza por todos los fallecidos a causa del coronavirus, por ellos y por sus familias que, seguro, están pasando unos momentos muy duros y difíciles.

Sólo en España son muchísimos los fallecidos por este maldito bicho que ha inundado el mundo y que está haciendo tanto mal, pero si hay un dato que me llama especialmente la atención son los fallecidos a causa de esta enfermedad en las residencias de mayores; en España hay 19.646 ancianos que han muerto en residencias contagiados con la COVID-19, y me encanta destacar que en Cabra no se ha producido ninguna ya que nuestras residencias siempre han estado libres de la infección.

Estos datos no me los he inventado yo, ¡ojalá fuesen mentira!, se pueden consultar fácilmente. Sin duda son más que preocupantes y creo que deberían llevar a plantearnos qué está pasando para que la cifra sea tan elevada.

Es más que sabido que uno de los grupos de riesgo de esta enfermedad son las personas mayores por su especial vulnerabilidad debido a su avanzada edad y a que padezcan patologías que, asociadas al Coronavirus, son letales. Por lo tanto, es un colectivo al que hay que proteger de una forma mucho más especial que al resto, porque lo necesitan. Hasta aquí todo debe ser lógico, pero si sabemos esto, ¿qué ocurre para que no se haya previsto y nos encontremos ante una tasa tan alta de fallecidos? ¿De verdad se ha protegido a este colectivo, se han tomado todas las medidas de prevención y se han puesto todos los recursos que eran necesarios?

Bajo mi punto de vista creo que la respuesta es un no rotundo, no se ha actuado lo suficiente para proteger a nuestros queridos mayores en las residencias. Creo que, tanto desde el Gobierno central como desde los diferentes Gobiernos Autonómicos, se deberían de haber dado muchos más recursos a las residencias para paliar esta grave situación que, no es que hayan vivido, sino que aún hoy se sigue viviendo y veremos a ver dónde acaba. Porque está claro que la cifra va a seguir subiendo si de inmediato no se toman todas las medidas higiéico-sanitarias y de recursos humanos para no lamentar una cifra mucho más alta de la que tenemos en la actualidad, pues ya está habiendo también nuevos rebrotes en las residencias.

Recuerdo que en Madrid saltó el escándalo cuando el gobierno autónomo de la sra. Ayuso impidió que los mayores de sus residencias pasaran a ser atendidos en los hospitales. Eso es una canallada que no debería de quedar impune. No se puede tratar a nuestros mayores peor que a perros rabiosos.

Hemos conocido por los medios de comunicación que hay muchas residencias, tanto públicas como privadas, que venían reduciendo su personal y acortando los servicios a sus residentes. Estas personas mayores que, por una u otra causa, se encuentran lejos de sus familias y allí instalados, son conocedoras de la tristísima situación que nuestro país está viviendo, no son tontos ni están desinformados, algunos lo que están es enfermos, por lo que sufren doblemente.

Las residencias públicas es cierto que dependen de los Gobiernos Autonómicos y que poco pueden hacer si su Administración no cumple con su obligación de protección, suministrando los recursos materiales y la financiación adecuada para contratar al personal necesario. Sólo, el personal que allí trabaja, hoy jugándose la vida, es el que pone todo su esfuerzo y su cariño para atender a estas personas que, aunque sean mayores, se merecen todo.

Pero, ¿y las residencias privadas? ¿No pueden hacerse cargo de suministrar y proporcionar todo lo necesario en esta situación con la elevada cuota mensual que cada residente paga? ¿De verdad no ganan suficiente dinero para hacer mucho más de lo que están haciendo por esos ancianos? Yo creo que sí, que se podrían poner muchos más medios y más protocolos de prevención contra el coronavirus, aunque les dejara menos beneficios económicos, pero no lo han hecho. Y esos mayores se lo merecerían, de eso no me cabe la menor duda.  

Yo siempre he dicho, y espero poder seguir haciéndolo durante muchos años más, que tengo la suerte de contar con mis dos abuelos maternos y con mi abuela paterna, y sé lo difícil que les está resultando todo esto. Ellos no están en ninguna residencia, pero están al día en todo lo que pasa. Abuelos que han vivido tantas cosas a lo largo de su vida, superado obstáculos y pasado tantas épocas de hambre y miserias… cosas que, estoy seguro, hoy en día a muchos de nosotros nos sería muy difícil superarlas. Y por si fuese poco ahora les ha tocado esto; les ha tocado reprimirse cuando vamos a verlos sus nietos o sus hijos y no pueden darnos un beso, un abrazo… les ha tocado ver en la televisión cada día tantos fallecidos y tantas noticias que, si a una persona joven le impacta, no quiero imaginarme a ellos. Y además también se sienten impotentes, que me lo han dicho, de ver lo mal que están actuando algunos y lo que nos están perjudicando a todos. ¿De verdad es justo que tengan que vivir esta falta de empatía por algunos desaprensivos?

Claro que soy feliz cuando voy a casa de mis abuelos y charlo un rato con ellos de esto y de aquello, cuando veo que dentro de lo que cabe están bien y que son conscientes de lo que tenemos. Y también soy feliz cuando voy a casa de mi abuela y empieza a contar historias de hace un montón de años donde recuerda a mi abuelo, al que pude conocer muy poco porque falleció siendo yo muy pequeño, porque se acuerda de vivencias, porque esta situación hace que nos acordemos de las personas que ya no están con nosotros y que nuestra mente retrocede a hace años. Me encanta ver cómo mis tres abuelos se acuerdan de todo, aunque a veces no sé si me gustaría que no fuesen tan conscientes de lo que en la actualidad está pasando, ojos que no ven, corazón que no siente, ¿no? Pues eso… Pero sí, luego pienso que sí, que es bueno que sean conscientes de todo para protegerse mejor y así poner sus vidas en el menor riesgo.

Espero que se reflexione en las altas esferas sólo un poquito sobre qué se está haciendo mal para que la cifra de fallecidos en las residencias de mayores por el coronavirus sea tan alta; y que se tomen medidas acertadas sin mirar el coste económico para que sigamos cuidando de nuestros mayores, esos que tanto nos han dado y que tan poco están recibiendo ahora de nosotros, que, por otro lado, también llegaremos a ancianos.