Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Trece de diciembre y otros relatos - Francisco de Paula Sánchez Zamorano

Me acerco y adentro por primera vez en la lectura de la obra en prosa de Francisco de Paula Sánchez Zamorano, Y la mejor definición del escritor la tomo de una entrevista en un diario cordobés, en la que el mismo se define sobre su propio estilo narrativo: “Yo depuro el lenguaje y trato de darle sonoridad, casi la misma que puede tener el poema”. Certero juego lírico en las páginas, “dentro de lo que permite la temática, atravesada por una historia de amor”

Se da el caso, que no carambola, sino pasión debida, el modo de presentar su haber de escritor siendo paralelo con el de  magistrado de la Audiencia dejando claro  que “siempre quiero poner el acento en mi profesión, antes que escritor soy juez, profesión de la que me siento orgulloso” Razón que confirma esa huella e impronta en los contenidos de sus relatos, el apoyo de los conocimientos  como muestra de que ambos oficios, pueden asumir los giros literarios con los que dar solidez a una fluida narrativa que en su medida justa, muy profesional, ofrece una lectura amena y bien expuesta literariamente. Pus,  quién mejor que un juez para conocer las miserias que pueblan cualquier sociedad. Por cercanías, el triste y preocupante panorama que sufrimos en nuestro espacio nacional, pese a que la Justicia y Hacienda son iguales para todos.  Aunque, bien que  dudo lo vea con igual criterio  Antonio Machado en su Juan de Mairena. Pues, no es lo mismo la opinión de Agamenón que la de su porquero.

Y además la literatura no está reñida con ninguna disciplina y menos con la jurídica. Salvo cuando las leyes están en manos de un dictador o un endiosado don Tancredo “La simbiosis entre el derecho y la literatura es muy enriquecedora, y sobre eso verso mi discurso de ingreso en la Academia” Ante los jueces se presentan a diario las miserias humanas, situaciones que dejan huellas. Confirmación en la suma de los relatos y especialmente con el titulado “Trece de diciembre” que abre el libro, el más extenso de todos los  que componen el conjunto. Este primero, cercano a una novela corta, muestra suspense e intriga que se mantiene hasta el final, narración en las manos de esa pareja de atrevidos periodistas que no se conforman con la mera noticia sobre un suceso, que en la realidad los jueces, por lo que se percibe en la narración debieron conocer. Todo llevado en volandas y estilo propio que no cae en  localismo. Y la verdad que su trama da para una novela larga y de mayor extensión dado su rico contenido diabólico y de oscurantismo, más cercano a los clásicos del misterio policiaco o novela negra como se pretende titular hoy cualquier narración detectivesca, de esta rica excursión en la literatura de misterio e intriga, ambientada en la ciudad de los califas,

Pero no todos los relatos transcurren en la querida patria chica, otros, como Memorias de Willersley acontece en la geografía anglosajona de la rubia Albión. Legendario castillo convertido en hotel con sus leyendas y fantasmas, clásica obligación dentro de la tradición narrativa inglesa...

Muy actual desde el punto de vista de nuestra actualidad financiera en la tierra de María santísima embargada por la corrupción de nuestros  nuevos ricos que cuando la justicia los descubre lloran compungidos como niño en el colegio “Yo no he sido maestro, el que ha metido el dedo en el tintero”. Políticos y malversadores que rebuznan como los alcaldes en El Quijote buscando a un burro en el olivar. Me refiero al relato Fatal coincidencia. Thriller de suspense e intriga de la sociedad moderna y el poderoso señor Don Dinero, teniendo cuidado de no caer en la avalancha de mala novela negra que se viene escribiendo al toque de corneta de las editoriales a sus esclavos escritores de oficio., sin respeto alguno a los grades maestros, que con justicia elogiaba y defendía Borges la novela policiaca o novela negra, esta, que se empeñan mucho meterlas a todas en el mismo saco.

Otro relato que admitiría con gusto extensión hasta alcanzar la categoría de novela, con ese suspense de machismo carpetovetónico que al final sorprende al lector. Mas imposible olvidar el de Desahuciado y Casa rural. Los duendes. Sin dejar de mencionar el acierto de la Editorial Ánfora Nueva por editar tan agradable y exquisitas historias de leyendas y misterios de Sánchez  Zamorano.