Cuando la existencia recorrida comporta todo un desafío de años fecundos y críticos, el refugio en la nostalgia del sabor desnudo evita la derrota del poeta.
Leo y disfruto nadando sobre olas en calma con los versos y sus metáforas desafiadoras, que nos ofrece tras diez años de ausencia poética Juan José Téllez. Periodista y escritor del más sorprendente mundo de múltiples encuentros con la dialéctica palpitante, permanente, de la palabra. Acertando diana en la que su escritura comprometida, pareja en consonancia con su pensamiento y compromiso social, en el espacio de la cultura de la palabra escrita.
Sus versos desnudos airean cantando muy directamente la sastrería provocativa; quiero decir, ligero de equipaje con el propósito de defenderse de este presente. Herencia del cansancio de este lastimado país de españolitos numerados con sílabas desgastadas, obligados a soportar la mediocridad constante, eso sí, acusándolo de falsedades y un amar a la patria de chatarrería.
Juan José Téllez manifiesta que: “el amor sólo es limpio cuando es el primer amor”. Su andadura en la que se mezclan los episodios poéticos de un apasionado tiempo vivido, de una desafiante heterodoxia, eclecticismo, libertad en el fondo. "Os he hablado siempre desde el borde de la duda". Y esa es la autenticidad envuelta en una catarata de versos y su diversidad en las metáforas. Le molestan “aquellos libros que suenen a la misma canción de libros anteriores”. Los amores sucios no es un libro escrito con el corazón, sino que está escrito con las tripas.
Veracidad de sus planteamientos poéticos que van discurriendo en paralelo con la admirable actitud en la prosa. Téllez es un escritor de amplia biografía creadora. Admirable abarcador de espacios y, a la vez, compleja, en la que se percibe el desencanto de la sociedad descompuesta a la que le aplica la veracidad de la vivencias de sus versos.
¿Por qué Los amores sucios? ¿Puede el amor ser sucio o limpio? Cuando la existencia recorrida comporta todo un desafío de años fecundos y críticos, el refugio en la nostalgia del sabor desnudo evita la derrota del poeta. En esta nostalgia viva que expone la desnuda realidad con el peso de los años siempre altivo. Afrontar pese a todo la vida diaria. Téllez en un creador de la palabra comprometido con el vivir diario, señalando con absoluta claridad su razón de ser con la prosa y el verso.
Estos versos me recuerdan, aunque cualquier parecido es imposible de poetas, el verso de Cernuda de “Abajo, todo, excepto la derrota”. Y aquel poema titulado Vientres sentados. Juan José Téllez Rubio no es un navegador que atraca en cualquier puerto. Es poeta con dignidad propia contra esto y aquello, mostrando fidelidad al primer amor y denuncia crítica ante el estado que nos quiere atados y con un número amarillo en la solapa.