CÓRDOBA.
Hasta hace poco, la Administración se ocupaba de que se realizara la limpieza del cauce, bien mediante actuaciones directas, o bien autorizando la extracción de gravas en puntos donde ésta se acumulaba. Sin embargo, en los últimos años esa misión está completamente olvidada y los cauces han quedado descuidados, de manera que la amenaza de desbordamientos, con los consecuentes daños en cultivos y pueblos, es un hecho.
Si el río encuentra obstáculos en su cauce natural, buscará por dónde pasar, sea por cultivos o calles y casas. La necesidad de limpiar los cauces es urgente y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir debería acometer esos trabajos sin dilación.
Añadir nuevo comentario