Cabra

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Cabra y su comarca se volcaron con el Lavatorio

RELIGIÓN. El día del pasado sábado queda marcado en el calendario cofrade de nuestra ciudad y en el libro de oro de la Hermandad del Lavatorio.

La tarde nos traía como ya anunciamos, el pontifical presidido por el Cardenal Amigo y concelebrado con el consiliario y párroco de la Iglesia Mayor de la Asunción y Ángeles D. Zacarías Romero, contando con la presencia del Alcalde, Hermano Mayor y Junta de Gobierno, así como con las hermandades de pasión y gloria de nuestra ciudad, y hermandades del Lavatorio de distintas localidades.

En torno a las ocho de la tarde y a los sones de la banda de cornetas y tambores Coronación de Campillos, el misterio del Lavatorio salía a la Plaza de Rubén Darío, como si de un Domingo de Ramos se tratara, acompañados de todas las hermandades presentes en el pontifical que lo acompañaron hasta la llegada al ayuntamiento. Las calles se iban llenando de gente, no solo de nuestra ciudad, sino venidas de diferentes puntos de las provincias limítrofes. El Lavatorio, chicotá a chicotá,  llegó a eso de las 22’30 horas a una Plaza de España totalmente llena, donde tuvo lugar el acto de entrega de la Mención Honorífica concedida por el Pleno municipal a la Hermandad con motivo de su 275 Aniversario. Allí el Hermano Mayor, Francisco Valverde, agradecía tanto al ayuntamiento como a las hermandades hermanas del Domingo de Ramos la referencia de solicitar al primero la concesión de dicha distinción, la cual impuso el alcalde Fernando Priego y colgaba en la crestería delantera del paso.

La banda de campillos cedía su puesto a la Banda del Rosario de Cádiz y tras el canto de la plegaria, compuesta para la ocasión por Alfonso Fernández con letra de Mari Carmen Gueto, el paso continuó su recorrido por las calles abarrotadas con ganas de disfrutar del andar del paso y de los sones de esta  banda gaditana, que se ponía tras el paso hasta la recogida.

En torno a las 2’30 de la madrugada se cerraba esta celebración del 275 Aniversario, dejando estampas muy diferentes para el recuerdo y grandes momentos, como el paso por calles nada habituales de este misterio en ese domingo que nos abre esa semana tan esperada por tantos cofrades, que, una vez más, demostraron que el trabajo desinteresado durante todo el año hace que la Semana Santa sea una de las más importantes fiestas del calendario, haciendo que un simple sábado de mayo haya convertido a nuestra ciudad en un auténtico hervidero de personas, con ganas de disfrutar y acompañar a la Hermandad del Lavatorio en esta efemérides tan importante para ellos.

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