Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

No, no siempre es no

A ver, que España necesita ya un gobierno más o menos estable es algo que pocos dudan. Las continuas idas y venidas a las urnas, además de un cuantioso gasto añadido, no han supuesto que hasta la fecha sirvieran para formar ese gobierno, al menos es lo que hemos visto que los políticos han decidido, otra cosa es lo que pensamos los de a pie que sí vimos maneras de cuajar alianzas.

Parece que el pacto más lógico y deseado por muchísimos españoles hubiera sido la unión de PSOE y Ciudadanos, me refiero a cuando el partido naranja tenía diputados suficientes para llegar a ello. Pero la negativa de Rivera era rotunda, no es no, y así le ha ido ahora. Evidentemente que los ideólogos de Ciudadanos no se equivocaban cuando iban dimitiendo uno tras otro, dejando a Rivera tan arrimado a Arrimadas que más que con Malú parecía que con quien formaba pareja era con la catalana.

Ese ‘no es no’ lo pagó caro Rivera ya lejos de la política. El partido se queda con 10 diputados y su futuro es bastante incierto. La economía boyante de Ciudadanos se va a quedar en muchísimo menos y ya no se acercarán tantos cuando vean que no hay leche que mamar.

Vamos a quien “creó” el famoso ‘no es no’, Sánchez, que en su día se enrocó en ese término para decírselo al PP de Rajoy, lo que le costó la salida del Congreso por decisión propia y el volver a patearse la calle con su comitiva para ganar las elecciones internas de su partido ante las bases y así hacerse con la presidencia del mismo. Eso le permitió apartar a los susanistas y hacerse valer como el líder socialista del ‘no es no’.

Pues bien, volvió a salir el ‘no es no’ tras las elecciones de abril, mucha reunión con Unidas Podemos (que facilitaron la llegada de Sánchez tras la moción de censura), para intentar formar gobierno, no sirvieron para nada. Iglesias pedía poder, gobernar, quería vicepresidencia y ministerios, y no cualquier cartera, era muy exigente en un principio, y Sánchez dijo no. Luego fue bajando exigencias, tanto que incluso renunció Iglesias a estar en ese gobierno, pero Sánchez volvió a su ‘no es no’ porque no se fiaba de él con el temita catalán, al menos es lo que decía.

Como Rivera no quería con Sánchez y Sánchez no quería con Iglesias, ambos con sus negativas tajantes, pues nos fuimos a las pasadas elecciones de hace una semana.

Y miren ustedes qué cosas más curiosas tiene la política, Rivera reconoce que se equivocó en su ‘no es no’ a Sánchez cuando ve que ha perdido más de 40 diputados, no olvidará en su vida que su postura tajante no sólo no era lo que querían sus votantes, sino que le costaría salir de la escena política, con tanto que decía que haría cuando fuera presidente. Pues como no sea de su comunidad de vecinos…

Y otra curiosidad más, no sé si más increíble, el del copyright del ‘no es no’, esta vez a Iglesias, termina en un ‘no es sí’ que deja estupefactos a propios y extraños. Sánchez también piensa que se equivocó y cambia rapidísimamente de opinión y se funde en un abrazo con Iglesias que pocos comprenden, pero no sólo por el pacto, sino porque le da las exigencias primeras del podemita y sin rechistar. Sabiendo, además, como sabe que no tienen entre los dos diputados para cerrar gobierno y dependen de los independentistas. Ya no es el rey del ‘no es no’ y las bases quedan desconcertadas y pensando en Susana como política más estadista que Sánchez.

Ciudadanos duda en apoyar ese pacto, pero sus exiguos 10 diputados tampoco servirían, se necesitan más. O sea, se va Rivera y ahora podría ser posible que apoyen la unión PSOE - Unidas Podemos, esto para quien lo entienda.

Y así estamos, no voy a hablar de Cataluña ni de los terroristas que por allí pululan, ni del ascenso de Vox que todos han propiciado, se haría esto muy largo, pero no me resisto a dejar sobre la mesa mi preocupación por el devenir de nuestro país dada la baja talla de los políticos, que son capaces de llevarnos otra vez a las urnas. Y por último, ya lo he dicho en alguna ocasión, que los vascos están a verlas venir muy pendientes de qué va a pasar con Cataluña, porque cualquier paso adelante que logren hará que ellos vayan detrás. Así que ya veremos, la lección es que no siempre se puede ser tajante a la hora de buscar pactos políticos, sobre todo con formaciones que son democráticas y no buscan romper España. El sentido de Estado hay que recuperarlo. Entre los demócratas y ante los pactos, mejor que no se use más el ‘no es no’.