Cabra

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El Ateneo nos acerca al flamenco en una conferencia antropológica basada en Al Andalus

CULTURA. Un nuevo acto de la Asociación Cultural Ateneo de Cabra tuvo lugar en la tarde de ayer, siendo el flamenco el eje principal de una conferencia que impartió el profesor de Derecho Civil de la Universidad de Córdoba y escritor Antonio Manuel Rodríguez Ramos.

El acto lo abrió uno de los miembros de esta activa asociación, Manuel Sabariego, que tras unas palabras de salutación a presentes y ponente explicó el porqué del tema que se iba a tratar y elogió las capacidades del ponente para exponerlo, al quien había conocido circunstancialmente y lo había oído en vídeos de youtube y había quedado admirado.

El profesor Antonio Manuel se dirigió a los asistentes fuera de la mesa y ante los allí congregados comenzó su intervención de manera poco convencional, ya que sus palabras no se refirieron al flamenco hasta bien entrada la charla. Sus palabras perfectamente hilvanadas nos iban adentrando en el fondo sin apenas percibirlo. La diferencia entre nuestra historia y nuestra memoria era algo que consideraba diferente y afirmó que durante siglos se habían encargado de esquilmarnos nuestra historia obviando el esplendor de Al Andalus, pero que en el flamenco que forma parte de nuestra memoria está la verdad, y así gracias a él no se ha borrado lo que la Iglesia católica con tanto celo quiso hacer desaparecer.

La charla fue un tratado antropológico de Al Andalus y el flamenco en el que se atacó a las instituciones que han querido mostrar una historia falsa, y contó cómo aún algunos afirman que el nombre de flamenco proviene de los flamencos de los Países Bajos, y ante tamaño disparate demostró la teoría, que en parte coincide con la que expuso el padre de la patria andaluza, Blas Infante, y que dice que la etimología de la palabra procede de la unión gutural de dos palabras andalusíes, fellah y mangu que significa los cantos de los campesinos. Y preguntaba a los presentes si eso tenía o no sentido. También relató que se asocia no sólo a los andalusíes, sino que el pueblo gitano también participó en ese cante desgarrador y de queja, como las seguirillas, o de la alegría de una boda de donde vienen las bulerías.

Iba y venía el profesor Antonio Manuel mostrándonos el esplendor robado por la historia con ejemplos claros de una época de nuestra península dominada por los musulmanes donde éramos la cabecera del mundo. Habló de Cabra superficialmente y de la procedencia andalusí de su nombre y ensalzó a esta ciudad milenaria. Tuvo palabras para reivindicar nuestro pasado que no se puede confundir con el norte de la península y aprovechó que al llegar a Cabra vio el mercado medieval de la Villa para decir que esos eventos son postales que no se corresponden con nuestros mercados andalusíes, sino con los mercados cristianos de otras zonas de España, diciendo que también en eso se olvidan las características diferenciadoras de nuestras raíces.

A pesar de que la exposición fue larga, a los presentes se le hizo amena e incluso comentaban al final que hubieran estado dispuestos a seguir escuchando tan ilustrados argumentos. Se acabó en petít comité con unas preguntas del público más concretas sobre algunos palos del flamenco, aunque durante la charla el ponente habló de las seguirillas, las bulerías, los fandangos, etc., explicando la etimología de cada una y su lógico significado con los distintos compases.