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Miguel Cruz Marqués y Fernando Fernández Cuenca serán los Capataces de Campo y Bodega de la LXIII Fiesta de la Vendimia Montilla-Moriles

MONTILLA. El Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen Protegidas Montilla-Moriles y Vinagre de Montilla-Moriles ha acordado nombrar a D. Miguel Cruz Marqués y D. Fernando Fernández Cuenca, ambos Ingenieros Agrónomos, como capataces de bodega y campo respectivamente, y acompañarán a la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes de la Universidad de Córdoba como Capataz de Honor de la LXIII Fiesta de la Vendimia de Montilla-Moriles.

Este año, en el que se conmemora el cincuentenario de la creación de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes de la Universidad de Córdoba, y con motivo de su designación en el próximo mes de septiembre como Capataz de Honor de la LXIII Fiesta de la Vendimia de Montilla-Moriles, el Consejo Regulador ha nombrado a dos Ingenieros Agrónomos, que actuarán en representación de todos los técnicos titulados que trabajan en la Denominación de Origen Montilla-Moriles en particular y en todo el sector de vino en general, para que acompañen a la Escuela de Agrónomos en su función como Capataz de Honor de la vendimia. Los elegidos han sido D. Miguel Cruz Marqués, Capataz de Bodega, y D. Fernando Fernández Cuenca, Capataz de Campo.

Miguel Cruz Marqués, montillano, Doctor Ingeniero Agrónomo por la Universidad Complutense de Madrid y Enólogo, pertenece a una familia tradicionalmente dedicada al cultivo de la vid y a la elaboración de vinos. Inició su actividad profesional en 1.974 como Director Técnico de Bodegas Montulia S.A., pasando por numerosas bodegas como técnico. Actualmente es titular de un laboratorio de enología y dirige los procesos de elaboración, crianza y expedición de diversas bodegas y cooperativas. Es igualmente autor de numerosos Proyectos de Industrias Agrarias, sobre todo bodegas. Ha realizado asesoramiento técnico enológico en bodegas en Rumanía en el año 2007 y en Chile en el año 2011 y, continuando la tradición familiar, desde 1.985 elabora, cría y envasa vinos en un proyecto personal y que comparte con su hijo Miguel, también Ingeniero Agrónomo, en la Bodega Lagar Blanco. Es una persona familiar, afable y sencilla, a la vez que muy recta en sus convicciones técnicas lo que, sin duda, cautiva al que se acerca a Miguel, tanto en el plano profesional como en el personal.

Fernando Fernández Cuenca, nacido en Moriles y, al igual que Miguel, pertenece a una familia con tradición bodeguera y viticultora desde hace varias generaciones, de lo que hace gala en el momento en que la ocasión se lo permite. Es Ingeniero Agrónomo por la propia Universidad de Córdoba e inició su trayectoria profesional en la multinacional francesa de productos agroquímicos Rhone-Poulenc Agro, en las zonas de Castilla La Mancha y Andalucía. Hace 25 años inició su proyecto más personal y al que, junto a gran parte de su propia familia, dedica su mayor esfuerzo profesional, una empresa familiar denominada Oficampo y TodoViña, dedicada a la realización de trabajos agrícolas en el ámbito vitícola y del olivar. Además, dedica su actividad al asesoramiento técnico y la gestión de explotaciones agrarias y ha contribuido, desde su inicio, al desarrollo y aplicación de nuevas tecnologías en la agricultura tanto en Moriles, su pueblo natal, como en Córdoba y Andalucía. Desde el año 2000 desarrolla, en representación de Asaja Córdoba, los planes de reestructuración y reconversión del viñedo al amparo de OCM del Vino de la Unión Europea. No en vano, más de 350 agricultores han recibido el asesoramiento técnico y práctico de su empresa en la transformación de más de 1.500 Has de cultivo tanto en nuestra comarca como en toda Andalucía. Quien conoce a Fernando coincidirá en que es un enamorado de Moriles; de la viña y del vino de Montilla-Moriles a lo que ha dedicado toda su vida, “desde los catorce años dando cuchilla en la viña” dice; amigo de sus amigos; abnegado en su trabajo y, a veces, excesivamente desprendido para los demás quienes, no obstante, saben reconocerlo con su amistad y cercanía.

Ambos son magníficos representantes en Montilla-Moriles de todos los técnicos titulados que ejercen trabajos de asesoramiento para el sector de la viña y el vino en toda la comarca, y por ello el Consejo Regulador los reconoce.