Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Ronaldo Nazario

Cuenta en una entrevista Ronaldo Nazario, el genial futbolista brasileño, que en su etapa en el Real Madrid, tuvo un entrenador obsesivo con la táctica y que les hacía ver videos, una y otra vez de los rivales a los que habrían de enfrentarse. Cierto día le inquirió sobre el último video remitido y Ronaldo, poco disciplinado en este y otros menesteres, le contestó con una respuesta demoledora: Mister, no he visto las imágenes que mandó, pero no se preocupe, creo que ellos si han visto algunas mías.

Repasando los noticieros, uno se encuentra en la actualidad política, con un rosario de improperios, insultos y descalificaciones, por parte de todos, hacia el adversario. No le hacen caso a Ronaldo, o , seguramente, no están muy seguros de sus posibilidades, y sólo encuentran consuelo en el enfrentamiento más que en explicar qué hará cada cual para mejorar nuestras vidas, por cierto, bastante maltrechas últimamente.

Cuando tras la crisis del 2008 aparece la Covid-19 y tras ésta la invasión de Don Vladimiro a Ucrania, pareciera que las plagas bíblicas se ciernen sobre toda nuestra sociedad occidental. No ganamos para sustos, y en cuanto al día a día, solo basta con ir al mercado y preguntar por el precio de los garbanzos. En estas, nuestros responsables públicos a lo suyo: “Y tú más”.... Vale. Y de lo nuestro qué ??...

Pasando de la ironía a la realidad, la situación no es en absoluto fácil para ningún gestor en la actualidad. Los problemas no dejan de acumularse. Pero no es menos cierto que tratar de llegar a un cierto consenso, buscar los puntos de encuentro más que las diferencias y en definitiva encontrar la mejor de las soluciones en cada situación, pareciera lo más sensato. Pero esto, a la vista de la situación, está lejos de suceder.

 Los que ya peinamos canas, recordamos con sano orgullo la Transición de los años 75-80 del pasado siglo, donde personas de muy distintas sensibilidades llegaron a acuerdos impensables años atrás. La intención, por parte de algunos, de denostar e incluso reescribir dicho periodo, es una de las muestras de la crispación que vivimos y de la intención (mala intención) de tachar esos años de nuestra historia reciente.

La verdad es muy tozuda, y aferrarse a determinados postulados solo indica ignorancia o falta de confianza en las propias posibilidades.  No sé cuál es peor, pero me temo que va resultando urgente recobrar cierta sensatez en la manera de plantear y hacer la política, so pena de dar más pábulo a telepredicadores y populistas muy de moda no solo aquí, sino en países de honda tradición democrática.  “Malos tiempos para la lírica” se oía en la canción de Golpes Bajos y para el resto de los mortales, me temo, como no cambiemos de manera de actuar.