Hay personas que no actúan “por el libro”. Casi siempre lo hacen por el atajo, la fullería o directamente haciendo trampas, como los tahúres del Mississippi. Que se le va a hacer, se han acostumbrado a ello y se encuentran a sus anchas en este terreno.

La legislatura política actual, parece en franco declive, eso sí, analizando desde criterios al uso antiguo, no desde el maremágnum social y geopolítico actual, donde lo de hoy quedó antiguo ayer y la opinión se cambia a diario, como la ropa interior. Esto no solo afecta a nuestro entorno. Qué decir de quien dirige (?) EEUU, aún la primera potencia mundial y que con su deriva autoritaria y abonada al más indeseable de los shows, está poniendo en peligro países, economías y personas, sin pudor aparente.

Pero a lo nuestro. A Pedro Sánchez, en su séptimo año al frente, se le acumulan los problemas.  Socios de gobierno divididos, sin presupuestos (ni ganas), escándalos ya imposibles de tapar y ahora lo del gasto militar...Vaya con la UE, empeñada en poner más dinero para defendernos!!

El cambio de la situación mundial es tan evidente como inquietante, y las intenciones de alguien tan imprevisible como Putin, aconseja que esta decisión no carece de oportunidad y necesidad, por mucho que nos duela a una Europa, paradigma de la sociedad liberal-democrática, pero que bajo el paraguas de la OTAN, ciertamente ha descuidado su defensa frente a posibles agresiones exteriores. La situación aconseja pues, la decisión que comúnmente se ha adoptado.

Y ahora llega nuestro Presidente del Gobierno. Para no abordar el tema de cara, orilla al  Parlamento (al menos hasta que no tenga más remedio), promete que no se recortan derechos sociales, no explica claramente de dónde sacará las partidas presupuestarias y computará como gasto militar , conceptos de dudosa justificación...Ya  veo yo la factura de la última fotocopiadora del Gobierno Militar de Córdoba, ayudando a cuadrar el famoso 2%.

Pierdan toda esperanza. Este hombre no sabe actuar “por el Libro”. Se maneja mejor en el trilerismo, en la trampa, en los visajes. Hasta cuando acierta en sus decisiones, las empaña con algún comentario despreciativo hacia los rivales, a los cuales hace tiempo pasó a la categoría de enemigos, mucho más rentable en términos políticos, en esta eterna y continua campaña electoral infinita, en la que Don Pedro nos ha instalado hace tiempo.

Cualquier país abogaría por aclarar el panorama y desatascar la situación. Y no me refiero solo a Alemania, de nuevo bajo el mandato de la Gran Coalición, sino por ejemplo a Portugal, que acaba de hacer borrón y cuenta nueva por casos de corrupción que afectan al ejecutivo... ¿Les suena?

¿Hasta cuándo podrá seguir nuestro Presidente?  ¿Aceptará Europa sus argumentos respecto a Defensa?  ¿La multicolor e interesada panoplia de socios de gobierno lo abandonará en tiempo breve?... demasiadas preguntas para un tiempo ya bastante incierto de por sí, y en el que la sensatez, la concordia y el diálogo deberían ser los ingredientes del puchero, en lugar del autoritarismo, el enfrentamiento y el rencor.  En fin...