Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

La mentira

En ciertos ambientes del Derecho, es habitual pensar que casi todo el mundo miente, para defender sus intereses. Eso puede ocurrir durante la celebración de un Juicio, y será, la pericia y perspicacia de su señoría, las encargadas de distinguir quién miente y quién no lo hace.

Pero, ¿qué hacemos la generalidad de la ciudadanía, cuando siguiendo medios de comunicación y conversaciones en la calle, observamos que la mentira se ha instalado de manera inamovible?... Y lo peor no es que tenga igual validez que la verdad, sino que en este nuevo relato de la realidad, la nueva verdad es la mentira disfrazada. Miente, quizá el que más, Pedro Sánchez. Esto no sería extraño ya que es el más expuesto, el que más sale en las distintas teles y de que, además, es aficionado al asunto... No dormiré si pacto con Pablo Iglesias... No pactaré con BILDU, cuantas veces se lo tengo que decir (¡esto último al periodista que lo entrevistaba!) ... Pues bien, la realidad es muy tozuda, y lo que hay a fecha de hoy ya lo sabemos todos. Pero lo más curioso es que Pedro Sánchez está , absolutamente convencido, de que no mintió en ninguna de las dos ocasiones: La primera porque, seguramente, era lo que pensaba y la segunda porque el estado de necesidad le obligó a tomar esa decisión....La necesidad de no cambiar su despacho actual en la Moncloa, por el de la calle Ferraz, entiendo.

Pero no está solo.Feijoo tampoco dice toda la verdad cuando habla, a priori, de que “cambiaré todas las leyes de Sánchez, cuando lleguemos al Gobierno”.... Muy bien sabe él, que esto no será posible en su totalidad, por motivos administrativos o de oportunidad, y que al final, una parte de ellas, permanecerán en el corpus legislativo. Por no hablar de su trocito de corazón socialdemócrata que, como casi todos los políticos moderados europeos, posee celosamente guardado. A fecha de hoy, nadie discute, por ejemplo, el estado del bienestar, y eso requiere de recursos.

Otro que tal baila es Laporta, ínclito Presidente del Barcelona CF, tan preocupado por el rumbo de su club, asediado por deudas y “oscuros intereses de la caverna mediática madrileña”, que han puesto de manifiesto una serie de irregularidades, sólo achacables a él y otros dirigentes de la entidad. Gran preocupación, pero cada vez le está el traje más pequeño, con lo que dicho estado de nervios, no parece haberse trasladado a la falta de apetito. Bien haría Don Juan en explicar a sus socios el verdadero estado económico del club y que ha representado para la entidad su clara alineación política con el Proces catalán. Mezclar el deporte con la política, nunca ha sido una buena idea.

Y por último Vinicius, ¡qué espectáculo por casi todas las partes! El mejor, el propio Vini que ha dejado clara su postura, reforzada a partir de ahora, de luchar contra el racismo, ese que “no existe en este país” ... Malo es generalizar, pero también intentar salvar a todo un grupo social de los desmanes de unos pocos. En Mestalla en Valencia y otros tantos estadios, no fue todo el campo, los gritos y los ademanes fueron de unos pocos, pero esos son personas incardinadas en una sociedad, que, seamos claros, no ha sabido atajar este fenómeno desde su inicio, con una especial responsabilidad de la Federación (Rubiales) y la Liga Profesional (Tebas), más preocupados en sus propios intereses y en poner zancadillas al otro, que de acabar con este deleznable fenómeno. En fin, que al parecer aquí mentimos un poco todos, pues España es más racista de lo que pretendíamos vender.

Ante este panorama, ¿qué hacer?

Quién esto escribe, hace tiempo que decidió dedicarse a cuestiones realmente importantes, para compensar el mal ambiente. Un atardecer, tiñendo de rojo nuestra campiña subbética, releer cualquier pasaje del Quijote, de rabiosa actualidad cada día o dormir la siesta con mi nieto Alvarito en el pecho, yo relajado con su pausada respiración y él, seguramente algo alterado con mis extrasístoles que de vez en cuando me aparecen en el miocardio. Nada grave. Cosas de la edad. Pero tener su cabecita cerca, es un placer impagable.