Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Trump caranchoa

De veras, para que sirva de prejuicio y de punto de partida, no soy ningún admirador de Trump. Es así. No voy a romper una lanza a su favor porque sí, pero he de decir que a veces me dan ganas, después de leer y ver una sandez tras otra sobre él y sus primeros días de gobierno. Una de ellas es la falsedad de que su discurso había sido copiado de una película animada de abejas, mentirijilla bien difundida por redes, whatsapp incluido… A quien se lo siga creyendo le animo a que busque el guion de la película en Internet para comprobar que no es cierto.

Pero me interesa tratar las sandeces mayúsculas, aquellas que son dignas de colocarlas en un libro sobre idioteces para abochornar a las generaciones futuras. Y lo preocupante es que las que voy a referir, precisamente, pertenecen a una de las próximamente venideras, la tocante al Sindicato de Estudiantes, que ha realizado una campaña solidaria contra Trump por toda España con un resultado desigual. No sé si en su ideario «libertad» es sinónimo de «todo vale» (mientras no sea algo fascistoide, según se infiere de sus proclamas elementales), ya que hubiera sido conveniente revisar algunas de las pancartas. No valoraré lo de que un buen número de jóvenes aparezcan con el puño en alto, lo que supone de por sí una visión sesgada de la solidaridad, pero sí que uno de los lemas fuera #notmypresident como negación absoluta de Trump. Evidentemente, es un desacierto total este lema, porque Trump no es presidente de España, ni de Cataluña, ni del Real Madrid; es decir, si el fin es establecer una solidaridad contra Trump, no se puede reclamar ésta mediante algo inexistente. Claro que no es mi presidente, porque yo no soy ciudadano estadounidense.

Merece mayor atención una de las fotos, tomada en la manifestación de Sevilla, a la que únicamente asistió un número inferior a seis personas. En ella se presenta la curiosidad de que hay un manifestante (mayor para ser estudiante, ciertamente) contra el TTIP que se coloca al lado de quien sostiene la pancarta contra Trump. Por más vueltas que le doy, siempre llego a la conclusión de que alguien, no sé si de este sindicato, se quiere reír de nosotros y de nosotras colocando ahí a ese tipo, porque Trump ha dicho en más de una ocasión que está en contra del TTIP. En esa misma fotografía, observamos otra incoherencia: en uno de los carteles se lee claramente el lema «Trump go home». Esto sí que es inquietante: si la manifestación es en España y Trump no está en España, sino en Estados Unidos, que, por cierto, es su casa, his home… ¿Qué se quiere decir exactamente con ese cartelito?

Aunque, siguiendo con la fotografía, si tengo que destacar un cartel por cutre y por tonto, un cartel que, por mucha «libertad» que haya en este Sindicato hubiera roto en mil pedazos por vergüenza ajena es el que reflejaba el lema «Trump caranchoa». Ahí queda. Después de horas o días de preparación, después de desvelos e indignación por las medidas que toma o va a tomar como presidente, después de comprender que se da voz crítica y social a un colectivo… que lo mejor que se te ocurra es llamarle «caranchoa»; de veras, ante tanta estupidez, prefiero hacer algo tan estúpido como hablar bien de Trump. Viene a ser lo mismo.