Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Vergüenza ajena

Vivimos en un país donde estamos, por desgracia, acostumbrados a ver situaciones que dan vergüenza ajena a diario. Pones la caja tonta en marcha, lees los diarios, escuchas la radio… y te das cuenta del uso y abuso de muchos a base de subidas de impuestos, bajada de sueldos, puertas giratorias, enchufismo, dedocracia, corrupción, gente que está para servirse cuando deberían estar para servir… y así podríamos seguir y no terminar. Vergüenza ajena al fin y al cabo, pero a quienes les gusta el fútbol y sienten el Córdoba, también les toca vivir una vergüenza ajena diaria desde hace varios años. Concretamente la que dan una junta directiva y una dirección deportiva ante cuya gestión no queda más remedio que poner una sonrisa por no llorar.

Debe pensar su ex presidente (ahora presidente en la sombra) que la flor en el culo que le acompañó durante unas cuantas tardes de 2014, especialmente durante una de ellas en tierras canarias, iba a ser eterna, pero cuando tienes la tiesura como razón de ser, al final, el tiempo acaba siendo ese juez imparcial que da y quita razones. 40 años después, el Córdoba CF lograba ascender a la máxima categoría tras quedar séptimo en Liga y aprovecharse de que una de las seis primeras plazas la ocupaba el filial del Barcelona, y tras superar a Murcia y beneficiarse de una invasión de campo en Las Palmas, se alcanzaba la gloria.

Aquel día, nada o casi nada hacía presagiar lo que iba a ocurrir sólo dos años y medio después, aunque los lodos que se ven ahora vienen producidos por unos barros que ya se venían barruntando tiempo ha. En la temporada con la permanencia en Primera más barata que se recuerda, al Córdoba le sobraron varias jornadas porque la pésima gestión deportiva de su por entonces director deportivo, hizo que acabase por confeccionar una plantilla donde muchos de sus jugadores acabaron por darlo todo en los locales nocturnos mientras arrastraban la blanquiverde por los campos de España.

El resultado no pudo ser otro que el descenso cuando visto lo visto en esa temporada y las dos siguientes que se llevan, sin invertir en exceso se podía haber hecho carrera en Primera División. Sin embargo, el equipo se marchó a Segunda, donde el año pasado realizó una excelente primera vuelta que hacía soñar con volver a medirse a los grandes del balompié patrio, pero llegó el mercado de invierno y ya empezaron a verse a lo lejos los negros nubarrones que acompañan al club hoy en día. El Córdoba sólo contaba con tres delanteros en nómina, y sabía que en el tramo decisivo de la temporada, el mejor de ellos no iba a poder ayudar al equipo porque se marchaba a disputar la Eurocopa. Había jugadores que apenas tenían minutos porque no daban el nivel, y a pesar de todo ello, sólo llegó un jugador que es de lo peor que se recuerda entre la afición califal. Un Eddy Silvestre que no aportó nada excepto amonestaciones, pérdidas de balón y mucha pero mucha vergüenza ajena.

Una vergüenza ajena similar a la que dieron los directivos blanquiverdes cuando este verano vieron cómo se marchaban Xisco, Florin y Fidel y llegaban a cambio jugadores cuyo nivel a día de hoy no les da ni para jugar en Tercera, como son los casos de Rodri, Edu Ramos, Héctor Rodas, Carlos Caballero, Alfaro o Samu de los Reyes por citar algunos. Jugadores que, si alguna vez en su vida han sido alguien en el mundo del fútbol, hace ya bastante que dejaron de serlo.

Una vergüenza ajena que derraman estos futbolistas cada vez que salen al terreno de juego, donde sólo compiten durante un ratito, y del que cualquiera que haya visto dos partidos del equipo sabe de lo que hablo, pues las segundas partes de los encuentros rayan la desvergüenza más absoluta. A día de hoy, el Córdoba sólo cuenta con dos delanteros en plantilla, de los cuales uno cuenta con prácticamente el doble de tarjetas vistas que goles marcados, y el otro es el suplente de éste pese a todo. Ese es el panorama del equipo de cara a su visita a Lugo, donde el aficionado cordobesista tendrá que tragar con que estos dos delanteros se hayan puesto de acuerdo por una vez en algo: borrarse del mismo tras ver sendas amonestaciones en el último duelo liguero. Lo mismo que hizo Edu Ramos y trató de hacer algún otro. Y es que Lugo, amigos, está demasiado lejos cuando te puedes quedar de copas en Córdoba.

Pero si vergüenza ajena da la plantilla y quien la ha confeccionado, ¿qué me dicen de quienes se sientan en el banquillo? ¿Dónde ha quedado la dignidad de Luis Miguel Carrión o José Luis Oltra? Gente que tragó (y Carrión sigue tragando) hasta límites insospechados a cambio de un plato de lentejas. Gente que dio (en el caso de Oltra) y sigue dando (en el de Carrión) mucha pero que mucha vergüenza ajena cada vez que tenían un micrófono delante y decían (Carrión lo sigue diciendo) que no hacen falta refuerzos y que están contentos con la plantilla porque tienen un equipazo. Eso es mamar y lo demás son tonterías.

Y cuando todos pensaban que no se podía dar más vergüenza ajena, cuando se tiró por el retrete la posibilidad de ascender el año pasado, se llega al mercado de fichajes de la actual temporada, y si no se dio suficiente vergüenza ajena en el de verano, no digamos lo que ha ocurrido en el de invierno. Con el mejor defensa de la plantilla lesionado para varios meses desde Septiembre, sin laterales que valgan la pena, sobre todo en la parcela izquierda, sin stoppers que sean capaces de evitar que al equipo le creen problemas, con dos extremos más próximos a los cuarenta años que a los treinta, y con dos delanteros de los que es mejor no hablar de nuevo, Emilio Vega sólo consigue traer a Bíttolo, un lateral izquierdo al que no conoce absolutamente nadie, a Javi Lara, única excepción como futbolista más que válido para la entidad, y a Sergio Aguza, suplente en uno de los rivales del Córdoba por evitar un descenso a Segunda B que está más cerca cada día que pasa. Algo a lo que hay que sumar la salida de Borja Domínguez al Oviedo y la permanencia en el equipo de vividores como Alfaro, Rodri, Carlos Caballero, Edu Ramos, Bergdich, Samu de los Reyes… y una nómina que se podría seguir aumentando pues se cuentan con los dedos de una mano quienes se salvan de la quema.

“Es Tiempo de Unión”, se solicitaba en una pancarta el pasado martes, antes del cierre del mercado, y vaya si lo han conseguido: unión total contra una directiva y una dirección deportiva que no son tales. La afición cordobesista ya mira por dónde quedan Linares, Mancha Real, San Fernando o El Ejido, ya que si la flor en el culo de los reyes de la tiesura no vuelve a aparecer, será allí donde el Córdoba y su afición purguen sus penas mientras se reparten dividendos.