Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Ha muerto un valiente

Manuel Piedra Sánchez nació en una de las épocas más duras de la historia de este país. En plena posguerra las condiciones económicas y sociales eran de extrema dureza, por un lado por la carencia de casi todo en lo material y por otro por la represión impuesta por el régimen totalitario que gobernaría con mano de hierro este país durante cuarenta años, un régimen que, ante la falta de una ideología propia, se inspira en lo más deleznable de las corrientes ideológicas de la época: el nazismo y el fascismo.

En una sociedad que margina y somete a la mujer y en la que lo peor para un hombre era ser ”maricón”, Manolo no se arredra y cuando descubre su sexualidad está dispuesto a vivirla sin miedos ni tapujos, sin esconder como era y lo que era, aunque ello supusiera un choque frontal con la mentalidad de la época en un pueblo de la Andalucía profunda, de la España profunda.

Se reveló contra la represión y la marginación que se impuso a los “mariquitas” (faltaba mucho para que apareciera el termino gay), sufrió palizas y detenciones, pero nunca renegó ni escondió su condición sexual. Tuvo que irse de Cabra y no pudo volver hasta la restauración de la democracia cuando abrió su mesón Las Marismas, un lugar donde se respiraba aires de cambio y de libertad. Trastocó los esquemas de un pueblo anclado en el más rancio conservadurismo y, a pesar de la marginación que sufrió en muchos momentos, la evolución de la sociedad española le dio la razón. Fue en Cabra un precursor muy adelantado de los cambios que iba a vivir este país.

Rompedor hasta el final, amante de la copla, había pedido que en su entierro, en lugar de réquiems y gorigoris, se cantara Ojos Verdes y La Zarzamora y así se ha cumplido.

QUE LA TIERRA TE SEA LEVE.